Dulce Navidad

Si señores, estamos en ese día tan especial para el calendario crisiano al que denominamos Navidad.
Perdón por lo del calendario cristiano. Creo que en los tiempos que corren asociar la Navidad con el cristianismo es ser muy naiv.
Nos encontramos en el siglo XXI y ya no hay ni rastro de lo que antaño fué el sentimiento navideño. Tiempo de celebración porque el niño Jesús ha nacido, de celebración con la familia y de agradeciemiento por el nacimiento del mesías quedó muy atrás.
La economía mundial se basa en la circulación del dinero de un país. Si el dinero no circula, malo. Esto se puede aplicar a la navidad. Dinero por todos los lados, obligación de comprar y comprar y gastar cada vez más dinero. Hasta 200 euros se gastará cada español en los regalos (a parte va todo el dinero que nos gastaremos en fiestas, idas y venidas y en alcohol, muuuuucho alcohol) que en muchos casos no tendrá ganas de regalar. Un sentimiento muy sincero de hermanación.
Estas fiestas son ante todo sinceras. Sinceras porque te dedicas a enviar mensajes que recibes de otras personas que a su vez lo habrán recibido de otras y así hasta el infinito. Sincero porque nos acordamos de amigos, familiares o similares de los cuales no hemos sabido desde hacía siglos. Tenemos el teléfono, pero no llamamos, es más ni nos acordamos de ellos.
Sinceras porque todo hijo de cristiano sabe porqué se celebran estas fiestas.... por Papá Noel, cómo no!! Ese señor de traje rojo que cada vez nos invade más y más con esa imagen de bebida internacional (coca cola inventó el traje del gordo cabrón).
Nos meten el consumismo por los ojos y nosotros imbéciles les dejamos.
Cada mes tiene su día de gasto. Piensen un poco y verán cómo cada mes tiene algo en lo que gastar el dinero, pocos son los meses que se libran. Uno? dos?.
Ahora por si fuera poco tenemos que entregar dos días regalos, el 25 de diciembre y el 6 de enero. Nos meten en la cabeza que hay que hacer regalos cuantos más mejor y nosotros vamos y lo hacemos.
No tenemos remedio.