jueves, 4 de septiembre de 2008

Etapa 5. Agés-Hontanas-Castrogeríz



Ya son 5 días pedaleando y se nota en las piernas y en los kilómetros que me quedan.
Ya entiendo a los que me decían que el Camino de Santiago no era un paseíto mañanero.
Esta etapa se ha hecho muy pesada y muy dura pero al final, incluso, he adelantado unos kilómetros que no estaban previstos.
La salida desde Agés no ha sido nada fuera de lo normal. Desde aquí el camino discurre por la carretera hasta Atapuerca, cuna de la civilización y patrimonio de la UNESCO.

Después de un breve trayecto por la carretera al salir del pueblo, el camino hace honor a su nombre y comienza una de los platos fuertes del día. El cielo amenaza lluvia pero aún así pongo el plato pequeño y comienzo a subir entre las piedras del camino.
Tras un ascenso medianamente fuerte llego a la cima no muy agotado.
El camino, aunque lleno de piedras, no es muy pesado y se sobrelleva, lo que me preocupa son las ligeras gotas de lluvia que noto en mi cara.
Por la cima se circula bien pero hay que estar atento a los cruces ya que, en alguno de ellos, me he debido saltar alguna, he llegado hasta la antena y me he tenido que dar la vuelta. En el cruce anterior unos biciperegrinos y yo hemos puesto una flecha de piedra para que nadie haga metros de más.
Comienza una bajada bastante chula y con un camino decente que nos lleva a Villalval. Aquí es donde me doy cuenta que la rueda está MUY descentrada. ¿?, alguna piedra que he cogido, aunque me parece que está demasiado descentrada. En el siguiente pueblo me paro para intentar centrar la rueda y durante el proceso de apretado-aflojado de radios, uno gira demasiado fácil, miro y es cuando me doy cuenta de que está partido. Uy que bien!!!
Para colmo de este día, comienza a chispear.
Con más miedo que otra cosa por si se parten más me dirijo hacia Burgos para ver si me pueden arreglar la rueda.
Con bastante suerte pregunto a un señor que me indica que hay un taller cerca, bien, para el taller me dirijo con los tres biciperegrinos de Murcia.
Por suerte me lo arreglan bastánte rápido pero, para entonces, está diluviando.
Como puedo atravieso Burgos, ¡qué pena de catedral!, y salgo por el carril bici que bordea el río.
Una vez engancho de nuevo con el camino, el ídem se encuentra bastante enbarrado y cuesta bastante avanzar.
Este calvario me acompañará durante todo el día.
Mucho barro y mucho viento de cara pueblo tras pueblo van mellando mis fuerzas y las de los que me acompañan.

Tras unos 10 kilómetros (según el cartel en Hornillos del Camino) interminables, llego a Hontanas, dónde me zampo un bocadillo de tortilla espectacular. Sello en el albergue municipal y sigo mi camino hacia Castrojeríz para aprovechar que ha salido el sol.
El resto es como en todos los demás albergues. Llegas, entregas la credencial, te duchas, lavas la ropa, la tiendes y te vas a despejarte por el pueblo.
El albergue San Esteban, casi al final de la calle principal, no de la nacional, a la derecha se encuentra éste. Recomendable.

Sigo avanzando en mi locura.
Sigo adelante.
Que nada me pare.

No hay comentarios: