viernes, 31 de julio de 2009

Santillana del Mar - Llanes

31-Julio-2009
77 km.
Recuperado el kilómetraje perdido y con menos dolor en la rodilla, sigue mi viaje, ya entrando en Asturias.
El día en Santillana estuvo bastante bien. Relajado y con la rodilla bien untada en reflex fue un día de descanso.
Por la noche llegaron como a las 21 los tres bicigrinos que perdí en Castro Urdiales. A esas horas, claro, no había hueco en el albergue así que, tuvieron que dormir a la intemperie enfundados en sus sacos y con las mantas que les dejamos. Qué chalados!!!!
También conocí a Merche, una chica de bilbao que va con la bici también. Lo fuerte de esta chica es que el mes anterior se había hecho el camino Francés!!!! En fin.
El caso es que por la mañana salimos Merche y yo a ver si encontramos algún sitio donde desayunar. En Santillana todo cerrado. Seguimos por la carretera pensando que va a haber algo abierto pero no, no hay nada abierto.
Ya en Cóbreces, encontramos un bar que abre a las 9 y como son menos 5 esperamos un ratillo.
Ya desayunados seguimos el camino por pequeños pueblecillos.
La entrada en Comillas no es muy allá y como los dos conocemos ya esa ciudad decidimos que nos la vamos a saltar.
Por caminos llegamos sin problemas a San Vicente de la Barquera.....
... con todos sus barcos en el fondo.
Desde San Vicente comienza una subida con una pendiente infernal. Poco a poco vamos trepando por la montaña hasta llegar a Acebosa. Subida tras subida, con sus bajadas correspondientes, llegamos a Pesués, donde paramos a tomar algo y a decidir dónde podemos poner el final de etapa.
Resulta que en Llanes, donde yo tenía previsto parar, no hay albergue de peregrinos y sólo hay albergues juveniles que, en las fechas en las que estamos, están todos llenos.
Bueno, decidimos llegar allí y ya veremos lo que hacemos.
Al final la cosa no ha ido mal. Hemos encontrado un albergue en la estación de tren que nos servirá para descansar hoy.
La rodilla me ha empezado a molestar los últimos kilómetros así que no puedo ir mucho más allá.
Lo que sí puedo es dar una vuelta por el pueblo y por el puerto.
Parecía que querían que les hiciera una foto.

jueves, 30 de julio de 2009

Güemes - Santillana del Mar

30-Julio-2009
48 km.
Etapa muy breve y no porque yo haya querido, sino porque no me ha quedado más remedio. La rodilla no me ha dado mucha más oportunidad.
Aunque he ido con un ritmo más flojo al final la rodilla me ha hecho parar. Bueno.

Por la mañana bajo a desayunar y me encuentro con María y Cristina. Son muy majas, qué lástima que no vaya a coincidir más con ellas.
Con ellas voy hasta Galizano, donde me despido y cojo un carril bici que lleva hasta Somo. Antes de irme nos hacemos una fotillo.
En Somo cojo el barco que me lleva a Santander.

Como en todas las ciudades grandes, me entra el agobio por salir de allí y estár de nuevo por los caminos solitarios entre bosques. Sigo las indicaciones del Camino de Santiago como puedo porque éstas estan en la acera, con lo que tengo que ir esquivando peatones. Un poco trabajoso el salir de Santander y, la verdad, bastante feo.
De camino me paro en una farmacia para comprar una rodillera para intentar evitar el dolor de la rodilla.

Poco a poco se llega a Bóo. Si sigues las indicaciones, se empieza a rodar por pequeñas carreteras. Después de Bóo, el camino llega a un punto donde hay un cruce. A la derecha hay un pequeño tunel que pasa por debajo de las vías. Aunque hay una cruz que nos indica que no tenemos que ir por ahí y que el camino sigue de frente, no hay que hacerle mucho caso si se quiere ahorrar unos kilómetros. Por debajo del tunel se coge un camino con la misma dirección que nos indicaban antes. Al poco tiempo se llega a un puente por donde pasa el tren para sortear el río. Se puede pasar sin problemas por allí, eso sí, mirándo que no venga ninguno.
La rodilla empieza a molestarme y decido acortar por la carretera para no forzarla mucho.
Y por la carretera paso Bárcena de Cudón, Requejada y Bureda. A estas alturas la rodilla duele bastante y veo que todavía me queda el ascenso a Santillana del Mar y a Cóbreces, donde hay una abadía y que es mi parada propuesta.
Llegar a Santillana me cuesta sudor y lágrimas. El dolor en la rodilla es bastante insoportable. Quedan 10 kilómetros para llegar a Cóbreces. Me voy a comer para decidir si después sigo o me quedo aquí.
Después de comer veo las estrellas cuando me levanto así que la decisión es fácil. Me quedo en Santillana.
El albergue esta muy cerca de la Colegiata. Hay que llegar relativamente pronto (abren a las 16) porque sólo hay 12 plazas. Por suerte yo tengo la mía y hoy podré descansar la pierna.
Miedo me dá pensar en mañana.
La colegiata y una típica casa de Santillana del Mar.

miércoles, 29 de julio de 2009

Pobeña - Güemes

29-Julio-2009
80 km.
Una etapa muy dura en la que entro en Cantabria y en la que me fastidio la rodilla. Una pequeña lesión que me acompañará el resto del viaje.
Por la mañana el día comienza muy suave. Hay que subir unos escalones (nada en comparación con los de Pasajes) para alcanzar una vía verde que discurre por unos acantilados pegados al mar.
En la parte alta de los escalones me encuentro con Lolo & Co., tres bicigrinos con los que voy a hacer parte del viaje.
La vía verde por la que vamos esta hecha por el trazado de un antiguo tren de minería. Este tramo es bastante agradable y fácil y sin darnos cuenta llegamos al comienzo del alto de Saltacaballos. Por caminos tan impresionantes (que pena que no se aprecie la pendiente) como este, llegamos a la parte más alta.
De aquí a Castro Urdiales no es muy difícil ya que, quitando la bajada vertiginosa hasta Otañes, el camino va por el trazado del antiguo tren.
Ya en la entrada de Castro Urdiales, en una rotonda, yo sigo las flechas amarillas y cuando me quiero dar cuenta, los tres bicigrinos se me han perdido!!!! Pero dónde se me han metido???
En fin, sigo hacia el centro de Castro y su puerto. Voy a sentarme a desayunar en una cafetería que conozco que esta en frente del puerto a ver si los veo pasar.
Pero no, no pasan. Yo, mientras tanto, me pongo con la cámara y las barquitas de Castro.
Siguen sin pasar y como ya ha pasado un tiempo prudencial, decido irme y seguir yo solo. El camino nos volverá a juntar.
Para salir de Castro Urdiales basta con seguir la carretera nacional hasta la plaza de toros y allí ya se pueden encontrar las flechas amadas.
Esta parte, aunque dura porque el suelo esta lleno de grandes piedras, es muy bonita porque discurre a lo largo de los acantilados, lo que nos deja paisajes como este.
El día esta siendo bastante impresionante, como impresionantes son los acantilados por los que voy con la bicicleta. En este camino, cuando no vas por bosques tupidos, vas por los acantilados de la costa, que no sé qué será mejor!!!
A diferencia del Camino Francés, este camino esta muy poco transitado y te puedes encontrar con zonas donde el camino se vuelve casi inapreciable.
Por estos paisajes y caminos llego a Islares.
En Islares se puede seguir por el camino y llegar hasta Guriezo para cruzar la ría o coger la carretera nacional y ahorrarse un buen tramo. Decido coger la carretera.
Una vez cruzada la ría hay que apretar los dientes y ponerse a subir por una pendiente de mil demonios que te deja casi a las puertas de Liendo.
Desde aquí, queda poco a Laredo, donde sello y cojo el ferry que lleva a Santoña.
Cuidado los de las bicicletas porque el tipo te cobra por ellas y mi impresión fue que te cobra lo que le da la gana. En fin, tampoco te vas a dar media vuelta.....
Ya en Santoña me paro por el centro para tomar algo y reponer un poco las fuerzas. Todavía queda mucho camino.
La vuelta en marcha me cuesta horrores. Me siento cansado y parece que la rodilla izquierda comienza a molestarme un poco.
Con lo hecho polvo que estoy me tiro a la carretera para poder avanzar un poco más rápido.
Con mucha más pena que gloria voy pasando las ciudades por las que pasa la carretera. Arnuero, Bareyo....
La rodilla me duele bastante más que antes y el camino por la carretera no se hace mucho más fácil.
A partir de Barello comienza una subida con una pendiente bastante razonable que acaba por destrozar mi rodilla. No me lo puedo creer!!! Pero es que no se va a acabar la subida???
Al poco comienza una bajada muy tendida que no me da mucho respiro tampoco.
Llego exhausto a Güemes pero resulta que el albergue esta un poco más allá. A estas alturas ya voy pedaleando sólo con la derecha.
Tras unos 15 minutos que me parecieron eternos llego al desvío hacia el albergue y como no puedo más esta última parte la hago a pié.
El albergue me parece un oasis en medio del desierto y el fin de mis penurias por hoy.
Este albergue es un hito en el camino y es de parada obligatoria para todo el que haga el Camino del Norte, tanto a pié como en bicicleta o caballo.
Lo único que diré es que el ambiente es inmejorable y la atención increíble.
Aquí conozco a uno de los mayores ángeles del camino: Manu el masajista. Resulta que es un señor ya jubilado que se dedica a dar masajes gratis a los peregrinos que lo requieran.
A mí me arregló la rodilla con el mismo trato que si fuera un cliente de pago.
Muchas gracias Manu!!!
Algunas fotos del albergue:
Las habitaciones:
Un caballo muy majo que estaba en la entrada.
Por la noche, cena por parte del albergue y algo de música con una guitarra española y quien se atreviera a cantar.

martes, 28 de julio de 2009

Ziortz - Pobeña

28-Julio-2009
90 km.
Un día largo, muy largo, que me va a traer algunas consecuencias.
Los monjes del Monasterio de Cenarruza nos traen el desayuno a las 7 con lo que he tenido que madrugar. El desayuno está compuesto por café y pan duro. Jajaja típico de la austeridad en un monasterio. Al pan duro le añadimos algo de chocolate que teníamos por ahí en nuestras mochilas.
Se puede ir por el camino o por la carretera y no me lo pienso mucho. Por el camino.
Esta parte es preciosa. El camino se adentra en un bosque tupido de pinos, eucaliptos y helechos.
Como estuvo lloviendo ayer noche el firme del camino no está muy practicable. Es un poco arcilloso y con la humedad que hay en el ambiente me cruzo con bastantes charcos y zonas donde la bicicleta resbala. Todo eso me dá igual ya que el entorno es encantador.
Esta parte se hace un poco larga si las estás pasando canutas. Después de los caminos arcillosos planos vienen unas bajaditas con muchas piedras y plantas que con los pies mojados fueron una delicia.
Entre sendas y aldeas se llega a Gernika casi sin darse cuenta.
Un buen café con tostadas me repone de este primer tramo y me prepara para el siguiente.
El camino sigue en dirección al alto de Morga, que sin haber encontrado las flechas, hago por la carretera. En la cima enlazo de nuevo con el camino que discurre entre bosques y con muchos sube y bajas.
Casi sin darme cuenta llego a Lezama.
Desde aquí sólo me separa de Bilbao el alto de Avril. Al principio comienza por una pista asfaltada que cruza la autovía. Al poco la pista se transforma en camino ciclable, el camino ciclable en camino no ciclable y éste en senda de mala muerte con una inclinación endemoniada y lleno de zarzas. Esto acaba casi con mis fuerzas pero llego a la cima.
Y de aquí a Bilbo es sólo bajada.
El Museo Guggenheim es bastante impresionante.
Lo siento, no me he podido resistir la tentación de hacer el montaje.
A partir de aqui se me hace un poco pesado.
Bilbo es muy chulo. El centro tiene un ambiente bastante bueno. El paseo por la ría bastante bonito.
Lo malo de este tramo es la parte entre Bilbo y Baracaldo. Tengo que ir por la carretera nacional. Esta parte es bastante peligrosa, fea y decadente. Se pasa por varias fábricas abandonadas y barrios no muy bonitos. En fin, no todo el campo iba a ser orégano.
Eso si, una vez llegado a Baracaldo y cogido el bidegorri la cosa cambia.
A estas alturas voy bastante hecho polvo pero tengo que llegar a Pobeña y rezar para que haya hueco en el albergue porque si no voy listo.
Después de una que otra subida llega una larguísima bajada por bidegorri que me deja en Muskiz antes de lo que creía.
De aquí a Pobeña sólo hay que cruzar una parte de playa y se llega a Pobeña. El albergue está justo al otro lado del parque que se ve.
Por suerte hay sitio todavía y no menosprecian a los ciclistas.
Corriendo suelto las cosas, me pongo el bañador y me voy a dar un chapuzón.

lunes, 27 de julio de 2009

Zumaia - Ziortz (Monasterio de Cenarruza)

27-Julio-2009
46 km.
Hoy no he hecho demasiados kilómetros pero ha merecido la pena llegar a descansar a Ziortz.
Lo primero que he hecho por la mañana es irme a desayunar con Elda y Estíbaliz. Nada como un café con un par de croissants. Con la vaguería del segundo día, nos hemos puesto en marcha sobre las 9, un poco tarde.
La subida hacia Itziar no es como para despreciarla. Es bastante larga y con el piso muchas veces lleno de pedruscos. Caminando con ellas y empujando la bici he llegado a Itziar donde, después de casi toda la mañana con ellas, me he despedido.
No quería perder mucho tiempo a partir de ahora aunque el camino tampoco dejaba avanzar muy rápido. Incluso me he encontrado con alguna puerta que otra.
Los paisajes maravillosos, como siempre. Es un gusto poder ir pedaleando, o empujando la bici según el caso, por estos parajes.
Una vez se llega a Deba hay dos opciones para llegar a Markina: una por el interior y con mayor relieve y otra por la costa hasta Ondarroa y luego, siguiendo por la nacional, hacia Markina. Como ya es bastante tarde escojo la variante por la nacional y así visito Ondarroa.
Ondarroa resulta ser un bello pueblo en la costa vizcaína.
Sobre las 15 llego a Markina donde el albergue no abre hasta las 16. Compro en el Eroski algo de comer y me siento en un banco. Tengo que tomar una decisión. Quedarme en Markina, que seguro que tengo sitio, o seguir pedaleando hasta Gernika, que era donde tenía pensado parar. Lo malo de Gernika es que no tiene albergue de peregrinos sino juvenil y claro, a las fechas en las que estamos estará lleno de adolescentes y niños de campamento.
Existe otra opción que es la de quedarme en el Monasterio de Cenarruza.
El caso es que decido avanzar un poco más para quitarme de mucho retraso mañana y menos mal!!!.
La llegada al monasterio es bastante dura. Desde Bolívar todo el camino es en subida continua y muy fuerte. El monasterio se encuentra en lo alto del monte y a poco me desespero de tanto subir y casi sin fuerzas ya.
Con más pena que gloria llego a la cima, donde está el monasterio. Me ha costado mucho llegar y nada más hacerlo tiro la bici al suelo y me tumbo en la hierba a esperar que vengan los monjes.
El monasterio, aunque pequeño, es muy acogedor y con rincones bastante bonitos.
Para quien prefiera algo auténtico en lugar de lujos, le recomiendo este albergue. Las literas no son muy allá y para llegar a los baños (muy nuevos, por cierto) hay que salir a la calle. El ambiente es muy especial y los monjes dan de cenar y de desayunar. Sin grandes lujos, uno de mis albergues favoritos.
Las vistas desde el monasterio y la paz que reina en esta parte convierten al conjunto en un descanso espiritual.
Aunque pequeño, como todo en este monasterio, el patio es una delicia.
Alguno de los rincones del monasterio.
En el monasterio comparto descanso con un húngaro, que viene caminando desde allí, un austriaco y una vasca. Poco más o menos nos entendemos con el inglés.
Una tarde bastante descansada que me va a preparar para mañana.

domingo, 26 de julio de 2009

Irún - Zumaia

26-Julio-2009
72 km.
Todo empieza en este albergue. Aunque un poco escondido, si se pregunta a cualquier persona te indican perfectamente.
Para quien llegue con tiempo a Irún, le recomiendo que visite Hondarribia, bonito pueblo de pescadores. Ya puestos en faena, la primera subida es bastante fuerte: Jaizkibel. Recomendación: Hasta la ermita se puede subir medianamente bien con la bici, en principio, montado en ella. A partir dela ermita la recomendación es subir por la carretera.
Uno de los caminos antes de llegar a la ermita. Después son mucho peor.Las vistas desde el alto son impresionantes. Vemos la costa con sus acantilados. Esto nos acompañará en buena parte del viaje. No dudéis en parar para disfrutar de estas espectaculares vistas.
Si se supera el alto de Jaizkibel con ganas de más, sólo hay que bajar hasta Pasajes, un bonito pueblo para recorrer. Desde aquí nos cruzará una barca hasta el otro lado por unos 1,30 euros.
Ya en el otro lado hay dos incidaciones para seguir el camino. Hacia la izquierda para las bicicletas y hacia la derecha para los caminantes. Si se es un poco masoca y se tienen fuerzas para dar y tomar se puede escoger la opción de la derecha. Yo escogí esa.
Para esos valientes masocas lo que les espera es un tramo de escaleras bastante sacrificado.
Las escaleras de Pasajes salen en bastantes guias, lo que no sale es que hay un momento en el que se acaban y se debe andar por un muro, al borde de una caída maja, con la bici al hombro. Después del muro viene un camino en el que hay que llevar la bici al hombro. Todo esto da a parar a un camino empedrado que sigue subiendo.
Después de tanto esfuerzo merece mucho la pena pararse a mirar hacia detrás y ver las vistas que se nos presentan. Esta parte es muy chula.
El recorrido por esta parte de la ladera es apto para Rambos y lo único que me faltó es llevar un machete para ir abriendo camino.
Un antiguo acueducto nos dice que todavía nos falta la mitad de camino aproximadamente.
Las siempre espectaculares vistas.
La subida al Igeldo es bastante dura y larga, muy larga.
Ya en Orio hay que volver a subir por un caminito de cabras.
En Askizu hay un albergue juvenil pero con pocas plazas. Tras una subida muy fuerte no os hagáis muchas esperanzas de encontrar sitio. A mi a poco me dá un síncope cuando me digeron que estaba lleno.
Por otro lado, el albergue de Zumaia está bastante preparado y con muchas plazas (también tienen sitio para las bicicletas y no te ponen ninguna hora de entrada). Quizá la única pega que le encuentro es que es un poco caro para ser albergue de peregrinos (8 euros) y que abre un poco tarde, aunque lo normal en este camino: 16:00. Por lo demás es muy recomendable. Es un antiguo convento de monjas de clausura en el que lo han dejado todo según lo abandonaron las monjas. Incluso tiene un huerto con frutales y algúnas herramientas y banquetas tiradas por ahí.
Muy acogedor en habitaciones de 2 y de 3. Muy tranquilo y en el centro. Vamos, todo un lujo para un día tan duro como se me hizo a mi.