lunes, 27 de julio de 2009

Zumaia - Ziortz (Monasterio de Cenarruza)

27-Julio-2009
46 km.
Hoy no he hecho demasiados kilómetros pero ha merecido la pena llegar a descansar a Ziortz.
Lo primero que he hecho por la mañana es irme a desayunar con Elda y Estíbaliz. Nada como un café con un par de croissants. Con la vaguería del segundo día, nos hemos puesto en marcha sobre las 9, un poco tarde.
La subida hacia Itziar no es como para despreciarla. Es bastante larga y con el piso muchas veces lleno de pedruscos. Caminando con ellas y empujando la bici he llegado a Itziar donde, después de casi toda la mañana con ellas, me he despedido.
No quería perder mucho tiempo a partir de ahora aunque el camino tampoco dejaba avanzar muy rápido. Incluso me he encontrado con alguna puerta que otra.
Los paisajes maravillosos, como siempre. Es un gusto poder ir pedaleando, o empujando la bici según el caso, por estos parajes.
Una vez se llega a Deba hay dos opciones para llegar a Markina: una por el interior y con mayor relieve y otra por la costa hasta Ondarroa y luego, siguiendo por la nacional, hacia Markina. Como ya es bastante tarde escojo la variante por la nacional y así visito Ondarroa.
Ondarroa resulta ser un bello pueblo en la costa vizcaína.
Sobre las 15 llego a Markina donde el albergue no abre hasta las 16. Compro en el Eroski algo de comer y me siento en un banco. Tengo que tomar una decisión. Quedarme en Markina, que seguro que tengo sitio, o seguir pedaleando hasta Gernika, que era donde tenía pensado parar. Lo malo de Gernika es que no tiene albergue de peregrinos sino juvenil y claro, a las fechas en las que estamos estará lleno de adolescentes y niños de campamento.
Existe otra opción que es la de quedarme en el Monasterio de Cenarruza.
El caso es que decido avanzar un poco más para quitarme de mucho retraso mañana y menos mal!!!.
La llegada al monasterio es bastante dura. Desde Bolívar todo el camino es en subida continua y muy fuerte. El monasterio se encuentra en lo alto del monte y a poco me desespero de tanto subir y casi sin fuerzas ya.
Con más pena que gloria llego a la cima, donde está el monasterio. Me ha costado mucho llegar y nada más hacerlo tiro la bici al suelo y me tumbo en la hierba a esperar que vengan los monjes.
El monasterio, aunque pequeño, es muy acogedor y con rincones bastante bonitos.
Para quien prefiera algo auténtico en lugar de lujos, le recomiendo este albergue. Las literas no son muy allá y para llegar a los baños (muy nuevos, por cierto) hay que salir a la calle. El ambiente es muy especial y los monjes dan de cenar y de desayunar. Sin grandes lujos, uno de mis albergues favoritos.
Las vistas desde el monasterio y la paz que reina en esta parte convierten al conjunto en un descanso espiritual.
Aunque pequeño, como todo en este monasterio, el patio es una delicia.
Alguno de los rincones del monasterio.
En el monasterio comparto descanso con un húngaro, que viene caminando desde allí, un austriaco y una vasca. Poco más o menos nos entendemos con el inglés.
Una tarde bastante descansada que me va a preparar para mañana.

No hay comentarios: