Última entrada del año mágico 2010.
Feliz año 2011 a todos.
Para mí, lo será.
viernes, 31 de diciembre de 2010
lunes, 22 de noviembre de 2010
jueves, 8 de julio de 2010
Etapa 6. Deixebre - Santiago de Compostela
Hoy es la última etapa. Los sentimientos se mezclan entre la felicidad de llegar y la tristeza de acabar.
Como el camino no pasa en realidad por Deixebre, tenemos que ir por la carretera hasta Sigüeiro y allí volver a enlazar las flechas. Salimos muy pronto para poder quitarnos el calor de los últimos días. Un café autocalentable, unas galletas y en camino.
El día no nos recibe con calor, más bien lo contrario. El cielo tiene muy, muy mala pinta. Eso no nos quita la fuerza que parecen tener nuestras piernas el sexto día de peregrinaje y llegamos a Sigüeiro en un abrir y cerrar de ojos y con un cielo realmente amenazante.
Al llegar nos metemos en una cafetería para tomarnos un desayuno en condiciones y vivir una de las experiencias más chorras de mis tres caminos.
Pedimos dos cafés con leche y dos tostadas con tomate, algo bastante común. La camarera no parece muy convencida con eso de las tostadas con tomate pero nos las hará. Primero trae los cafés y las tostadas parece que tardan. Qué raro!!! Ya, pensando que se ha olvidado de nosotros pobres peregrinos vemos que viene con las “tostadas” con tomate. Resultan ser un sándwich de rodajas de tomate. ¡!!!!!! Pero, qué es esto???? Claro, el cachondeo es descomunal.
Mientras que nos tomamos nuestras “tostadas con tomate” comienza a llover y muy fuerte. Si es así todo el día vamos a llegar a Santiago tibios de agua. Esperamos un rato más en la cafetería para que se pase la lluvia o por lo menos que se suavice un poco. Preparamos las mochilas, los chubasqueros, los paraguas y al camino que nos vamos.
Al principio es un poco pesado pero enseguida te acostumbras y se comienza a ir bien. Una vez salimos de Sigüeiro enlazamos con las señales del camino. Ahora comienza un vaivén del camino a un lado y a otro de la carretera un tanto absurdo pero que por lo menos te aleja de los coches. La lluvia casi ha parado y el chubasquero sobra bastante.
En mitad del monte nos encontramos a la pareja de italianos que nos llevamos cruzando desde Miño. Qué majos ellos.
No tardamos hasta llegar a un pueblecito con un cruceiro.
Con las fundas puestas en las mochilas parecemos tortugas de caparazón amarillo. 
En cierto momento, las flechas nos envían por el arcén de la nacional, donde hay mucho tráfico y por donde circular se hace bastante peligroso. Una vez pasamos por debajo de un puente para el tren y cruzamos la carretera, nos desviamos de la entrada para el camino inglés y nos vamos dirección Monte do Gozo. La paz vuelve a nuestros oídos. Menuda diferencia.
Este camino es un poco más largo que si hubiéramos seguido por la nacional pero es mucho más seguro, tranquilo y bonito. La caminata se hace larga pero ya vemos el Monte do Gozo a lo lejos. Ya casi estamos en Santiago.
Después de sellar en el Monte do Gozo seguimos hacia Santiago. En bicicleta este tramos se hace largo pero a pié se hace eterno. Entre la marea de peregrinos lisiados y sin mochilas que vienen desde Sarria (peregrinos de palo con converse, victoria e incluso con náuticos!!!) y lo feucha que es la entrada, la entrada se llena de nervios.
La entrada en Santiago es emocionantísima y cuando estamos en las escaleras que nos llevan a la plaza del Obradoiro no nos lo podemos creer, lo hemos conseguido.
Ferrol queda ya muy atrás y delante de nosotros se levanta la catedral de Santiago de Compostela. Sí, sí, sí!!!
Como el camino no pasa en realidad por Deixebre, tenemos que ir por la carretera hasta Sigüeiro y allí volver a enlazar las flechas. Salimos muy pronto para poder quitarnos el calor de los últimos días. Un café autocalentable, unas galletas y en camino.
El día no nos recibe con calor, más bien lo contrario. El cielo tiene muy, muy mala pinta. Eso no nos quita la fuerza que parecen tener nuestras piernas el sexto día de peregrinaje y llegamos a Sigüeiro en un abrir y cerrar de ojos y con un cielo realmente amenazante.
Al llegar nos metemos en una cafetería para tomarnos un desayuno en condiciones y vivir una de las experiencias más chorras de mis tres caminos.
Pedimos dos cafés con leche y dos tostadas con tomate, algo bastante común. La camarera no parece muy convencida con eso de las tostadas con tomate pero nos las hará. Primero trae los cafés y las tostadas parece que tardan. Qué raro!!! Ya, pensando que se ha olvidado de nosotros pobres peregrinos vemos que viene con las “tostadas” con tomate. Resultan ser un sándwich de rodajas de tomate. ¡!!!!!! Pero, qué es esto???? Claro, el cachondeo es descomunal.
Mientras que nos tomamos nuestras “tostadas con tomate” comienza a llover y muy fuerte. Si es así todo el día vamos a llegar a Santiago tibios de agua. Esperamos un rato más en la cafetería para que se pase la lluvia o por lo menos que se suavice un poco. Preparamos las mochilas, los chubasqueros, los paraguas y al camino que nos vamos.
Al principio es un poco pesado pero enseguida te acostumbras y se comienza a ir bien. Una vez salimos de Sigüeiro enlazamos con las señales del camino. Ahora comienza un vaivén del camino a un lado y a otro de la carretera un tanto absurdo pero que por lo menos te aleja de los coches. La lluvia casi ha parado y el chubasquero sobra bastante.
En mitad del monte nos encontramos a la pareja de italianos que nos llevamos cruzando desde Miño. Qué majos ellos.
No tardamos hasta llegar a un pueblecito con un cruceiro.
Con las fundas puestas en las mochilas parecemos tortugas de caparazón amarillo. 
Este camino es un poco más largo que si hubiéramos seguido por la nacional pero es mucho más seguro, tranquilo y bonito. La caminata se hace larga pero ya vemos el Monte do Gozo a lo lejos. Ya casi estamos en Santiago.
Después de sellar en el Monte do Gozo seguimos hacia Santiago. En bicicleta este tramos se hace largo pero a pié se hace eterno. Entre la marea de peregrinos lisiados y sin mochilas que vienen desde Sarria (peregrinos de palo con converse, victoria e incluso con náuticos!!!) y lo feucha que es la entrada, la entrada se llena de nervios.La entrada en Santiago es emocionantísima y cuando estamos en las escaleras que nos llevan a la plaza del Obradoiro no nos lo podemos creer, lo hemos conseguido.
Ferrol queda ya muy atrás y delante de nosotros se levanta la catedral de Santiago de Compostela. Sí, sí, sí!!!miércoles, 7 de julio de 2010
Etapa 5. Bruma - Deixebre
Pues no hemos dormido mucho esta noche. Parece que nadie ha dormido muy bien. Esto es el albergue embrujado.
Por la mañana salimos temprano y con más hambre que sueño. Espero que se pase pronto esta primera parte de la etapa y podamos desayunar pronto. Aunque, para poder desayunar en condiciones tenemos que caminar durante 8 kilómetros.
Queda un largo camino por delante pero nuestras piernas van casi sin cansarse. Eso sí, sin cafeína y eso se nota.
Los paisajes siguen siendo tan verdes como todos los que hemos visto hasta ahora. Es increíble cuanto verde se puede ver.
En cuanto salimos de estos bosques llegamos al pueblo donde está el bar.
No tardamos en llegar al bar en cuestión y allí nos encontramos con los pitufitos y la canaria que están saliendo ya. Para ir con los pies casi en carne viva no veas lo deprisa que va. En fin.
El café con dos tostadas de pan de pueblo con mantequilla y mermelada que nos apretamos no tiene precio. Con estas nuevas calorías en nuestro cuerpo y con la cafeína corriendo por nuestras venas, nos lanzamos a la carga, a la conquista de esta nueva etapa.
El ritmo es muy bueno y vamos igual de fuerte que ayer. A este ritmo no sé si tardaremos mucho en alcanzar al grupo. Los kilómetros caen muy deprisa y sin darnos cuenta hemos hecho ya casi dos tercios de la etapa de hoy.
Incluso tenemos mucho tiempo para disfrutar de semejantes paisajes.
Paramos en un bar para descansar un poco y beber algún acuarius que nos de las fuerzas suficientes para acabar el día.
Al llegar al punto donde hay que desviarse hacia Deixebre, que es donde vamos a pasar la noche, está todo el grupo descansando. Les saludamos y seguimos nuestro camino al hotel. Esta parte es muy monótona. Se va por el arcén de la calzada y tampoco el paisaje es digno de mención.
En poco tiempo llegamos al hostal donde comenzamos con la parafernalia diaria de lavar la ropa, descansar, escribir, etc…
Esta es la última parada antes de llegar a Santiago de Compostela. La pena comienza a salir.
Queda un largo camino por delante pero nuestras piernas van casi sin cansarse. Eso sí, sin cafeína y eso se nota.
Los paisajes siguen siendo tan verdes como todos los que hemos visto hasta ahora. Es increíble cuanto verde se puede ver.En cuanto salimos de estos bosques llegamos al pueblo donde está el bar.
No tardamos en llegar al bar en cuestión y allí nos encontramos con los pitufitos y la canaria que están saliendo ya. Para ir con los pies casi en carne viva no veas lo deprisa que va. En fin.
El café con dos tostadas de pan de pueblo con mantequilla y mermelada que nos apretamos no tiene precio. Con estas nuevas calorías en nuestro cuerpo y con la cafeína corriendo por nuestras venas, nos lanzamos a la carga, a la conquista de esta nueva etapa.
El ritmo es muy bueno y vamos igual de fuerte que ayer. A este ritmo no sé si tardaremos mucho en alcanzar al grupo. Los kilómetros caen muy deprisa y sin darnos cuenta hemos hecho ya casi dos tercios de la etapa de hoy.
Incluso tenemos mucho tiempo para disfrutar de semejantes paisajes.
Paramos en un bar para descansar un poco y beber algún acuarius que nos de las fuerzas suficientes para acabar el día.En poco tiempo llegamos al hostal donde comenzamos con la parafernalia diaria de lavar la ropa, descansar, escribir, etc…
martes, 6 de julio de 2010
Etapa 4. Betanzos - Bruma
Bueno, pues llega la etapa más larga de todo este camino, y eso que nos hemos quitado 10 km ya. En total calculo que serán alrededor de 30 kilómetros.
Nos levantamos muy pronto para no pasar mucho calor y a las 6 estamos desayunando ya. El albergue al que vamos tiene pocas plazas y hemos visto a varios peregrinos en Betanzos. En fin, hay que llegar antes.
Con mi dedo voy muy bien gracias a la fundita de silicona que me compré en la farmacia. Uff qué gusto poder caminar en condiciones.
Con bastánte ánimo para las horas que son bajamos hasta el rio Mendo, donde en el puente está la concha del camino.
A partir del puentecito el camino coge una inclinación bastante seria y bastante larga, unos 4 km.
Los paisajes en este tramo son preciosos y como vamos tan bien de ánimo, los kilómetros van cayendo muy deprisa.
La verdad es que no somos muy conscientes del buen ritmo que llevamos y sin darnos cuenta nos presentamos ya en Limiñón.
Menuda diferencia con ayer. Las piernas no duelen, el dedo menos y la espalda ya se está acostumbrando a llevar el peso de la mochila, hoy un poco más pesada por la comida que tenemos que llevar hacia Bruma.
Meangos lo acabamos de dejar detrás y cuando paramos de nuevo para comer algo y quitarnos algunas piedrecillas veo que hemos hecho ya 12 kilómetros en lo que llevamos de mañana. Ufff. Cómo vamos tan deprisa???
Los paisajes son una delicia. Bosques de eucaliptos, robles y demás, con zonas de helechos, campos enteros de helechos.
En Leiro, 15 kilómetros después de salir del hotel, paramos para reponer fuerzas con fruta, ciruelas y galletas de chocolate, vamos todo un manjar. Justo cuando estamos parados vemos que se acercan los 6 peregrinos que estaban en el hotel de Betanzos. Como???? Pero cómo nos han pillado???? Pues sí que van deprisa ellos también.
Según van pasando nos damos cuenta que una de las mujeres parece que va fastidiada con una pierna. Y aun así nos han cogido??? Seguro que los de Ávila salieron antes y van por delante. Uff, ya son 12 las personas que van por delante.
Después de ponernos en marcha no tardamos mucho en cogerles y vemos que uno de los hombres está muuuuy fastidiado con todo el pié vendado y una de las mujeres no puede moverse casi. Uhmmm, parece que si que vamos a llegar antes.
Después de una bajada tendida y de 18 kilómetros de camino llegamos al mítico bar Julia.
Dentro parece que hay gente y mochilas. Cuando entramos nos llevamos una sorpresa. Allí están los peregrinos de Ávila y la canaria.
Pues nada, les hemos pillado a todos de una tacada.
En el bar nos tomamos una coca-cola mientras que el resto se está metiendo unos bocadillos de infarto. Y van a poder subir lo que viene ahora??? Justo después de este punto comienza la subida más fuerte de este camino. Son 1,5 kilometros con una pendiente nada despreciable. Bueno, no creo que nos suponga gran cosa con las fuerzas que llevamos hoy.
Y eso hacemos. Nada más salir del bar pillamos ritmo, y fuerte, y dejamos a todos atrás.
Nos tomamos el gel deportivo que llevaba para poder aguantar la subidita más fuerte que viene ahora. Ya hace calor y la subida por el caminito amenaza con quitarnos hasta la última gota de agua del cuerpo. Hay mucha humedad entre los helechos y no paramos de beber agua.
Un paisaje precioso. Nosostros despotricando sobre Pitufo gruñón, Pitufo chistoso y Pitufo silencioso mientras subimos por la cuestecita. En una de estas que paramos a beber agua nos encontramos con que Pitufo gruñón está detrás de nosotros!!!! Glub, nos habrá oído???
Junto con él seguimos subiendo hasta el final de la cuestecita. Estamos deshidratados, Madre qué calor hace ahora!!!
En la parte de arriba hay una casa con una manguera y la dueña nos da agua muy amablemente. Menos mal, nos hace falta que ya casi no teníamos.
Nos levantamos muy pronto para no pasar mucho calor y a las 6 estamos desayunando ya. El albergue al que vamos tiene pocas plazas y hemos visto a varios peregrinos en Betanzos. En fin, hay que llegar antes.
Con mi dedo voy muy bien gracias a la fundita de silicona que me compré en la farmacia. Uff qué gusto poder caminar en condiciones.
Con bastánte ánimo para las horas que son bajamos hasta el rio Mendo, donde en el puente está la concha del camino.
A partir del puentecito el camino coge una inclinación bastante seria y bastante larga, unos 4 km.Los paisajes en este tramo son preciosos y como vamos tan bien de ánimo, los kilómetros van cayendo muy deprisa.
Menuda diferencia con ayer. Las piernas no duelen, el dedo menos y la espalda ya se está acostumbrando a llevar el peso de la mochila, hoy un poco más pesada por la comida que tenemos que llevar hacia Bruma.
Meangos lo acabamos de dejar detrás y cuando paramos de nuevo para comer algo y quitarnos algunas piedrecillas veo que hemos hecho ya 12 kilómetros en lo que llevamos de mañana. Ufff. Cómo vamos tan deprisa???
Los paisajes son una delicia. Bosques de eucaliptos, robles y demás, con zonas de helechos, campos enteros de helechos.En Leiro, 15 kilómetros después de salir del hotel, paramos para reponer fuerzas con fruta, ciruelas y galletas de chocolate, vamos todo un manjar. Justo cuando estamos parados vemos que se acercan los 6 peregrinos que estaban en el hotel de Betanzos. Como???? Pero cómo nos han pillado???? Pues sí que van deprisa ellos también.
Según van pasando nos damos cuenta que una de las mujeres parece que va fastidiada con una pierna. Y aun así nos han cogido??? Seguro que los de Ávila salieron antes y van por delante. Uff, ya son 12 las personas que van por delante.
Después de ponernos en marcha no tardamos mucho en cogerles y vemos que uno de los hombres está muuuuy fastidiado con todo el pié vendado y una de las mujeres no puede moverse casi. Uhmmm, parece que si que vamos a llegar antes.
Después de una bajada tendida y de 18 kilómetros de camino llegamos al mítico bar Julia.Dentro parece que hay gente y mochilas. Cuando entramos nos llevamos una sorpresa. Allí están los peregrinos de Ávila y la canaria.
Pues nada, les hemos pillado a todos de una tacada.
En el bar nos tomamos una coca-cola mientras que el resto se está metiendo unos bocadillos de infarto. Y van a poder subir lo que viene ahora??? Justo después de este punto comienza la subida más fuerte de este camino. Son 1,5 kilometros con una pendiente nada despreciable. Bueno, no creo que nos suponga gran cosa con las fuerzas que llevamos hoy.
Y eso hacemos. Nada más salir del bar pillamos ritmo, y fuerte, y dejamos a todos atrás.
Nos tomamos el gel deportivo que llevaba para poder aguantar la subidita más fuerte que viene ahora. Ya hace calor y la subida por el caminito amenaza con quitarnos hasta la última gota de agua del cuerpo. Hay mucha humedad entre los helechos y no paramos de beber agua.
Un paisaje precioso. Nosostros despotricando sobre Pitufo gruñón, Pitufo chistoso y Pitufo silencioso mientras subimos por la cuestecita. En una de estas que paramos a beber agua nos encontramos con que Pitufo gruñón está detrás de nosotros!!!! Glub, nos habrá oído???Junto con él seguimos subiendo hasta el final de la cuestecita. Estamos deshidratados, Madre qué calor hace ahora!!!
En la parte de arriba hay una casa con una manguera y la dueña nos da agua muy amablemente. Menos mal, nos hace falta que ya casi no teníamos.
Foto en el cruceiro que hay arriba y seguimos nuestro camino hacia el albergue.
A partir de este punto el paisaje no tiene nada de especial y lo único que quieres es llegar al albergue para ducharte cuanto antes. Hace mucho calor ya a estas horas de la mañana y aqui estamos los tres peregrinos intentando llegar a Bruma.
En el tramo que nos separa del albergue hay dos puntos a tener en cuenta en cuanto a señalización.
Primero: hay un buen tramo que no está señalizado pero que, haciendo caso de la última flecha y siguiendo por la carreterucha por la que te manda, se puede volver a encontrar las flechas un poco más adelante.
Segundo: Un poco más adelante hay un cruce en forma de T en el que no hay señal ninguna. Parece que la señal estaba en el suelo pero se ha borrado. Pues bien, hay que seguir por la derecha. Nada más girar a la derecha y comenzar una suave bajadita hacia un arroyuelo se puede volver a ver una flecha en el tronco de un árbol que está a la izquierda.
De este punto hasta el albergue se hace un poco largo por el calor pero no tiene ninguna dificultad.
Cuando llegamos al albergue resulta que está allí la mujer con su hermano y su hijo que conocimos en Neda. Además también estan los italianos que nos hemos ido cruzando por Miño y por Betanzos.
Los de Ávila también llegan.
Hale!!! Todos junticos de nuevo.
Este albergue está en mitad de la nada, bueno, más bien en un pueblecillo donde no hay nada. No hay bares, no hay supermercados, no hay tiendas pequeñas, no hay nada. Eso si, el hospitalero tiene un teléfono de un restaurante que lleva comida de menú en taxi si le llamas por teléfono. Es algo bastante agradecido.
Por cierto, una mención de honor al Hospitalero de Bruma que, junto con el de Pobeña en el camino del Norte, han sido lo mejor que me he encontrado en mis aventuras.
Con la cena en la mesa comentamos las jugadas del día que acaba de terminar.
A partir de este punto el paisaje no tiene nada de especial y lo único que quieres es llegar al albergue para ducharte cuanto antes. Hace mucho calor ya a estas horas de la mañana y aqui estamos los tres peregrinos intentando llegar a Bruma.Primero: hay un buen tramo que no está señalizado pero que, haciendo caso de la última flecha y siguiendo por la carreterucha por la que te manda, se puede volver a encontrar las flechas un poco más adelante.
Segundo: Un poco más adelante hay un cruce en forma de T en el que no hay señal ninguna. Parece que la señal estaba en el suelo pero se ha borrado. Pues bien, hay que seguir por la derecha. Nada más girar a la derecha y comenzar una suave bajadita hacia un arroyuelo se puede volver a ver una flecha en el tronco de un árbol que está a la izquierda.
De este punto hasta el albergue se hace un poco largo por el calor pero no tiene ninguna dificultad.Cuando llegamos al albergue resulta que está allí la mujer con su hermano y su hijo que conocimos en Neda. Además también estan los italianos que nos hemos ido cruzando por Miño y por Betanzos.
Los de Ávila también llegan.
Este albergue está en mitad de la nada, bueno, más bien en un pueblecillo donde no hay nada. No hay bares, no hay supermercados, no hay tiendas pequeñas, no hay nada. Eso si, el hospitalero tiene un teléfono de un restaurante que lleva comida de menú en taxi si le llamas por teléfono. Es algo bastante agradecido.
Por cierto, una mención de honor al Hospitalero de Bruma que, junto con el de Pobeña en el camino del Norte, han sido lo mejor que me he encontrado en mis aventuras.
Con la cena en la mesa comentamos las jugadas del día que acaba de terminar.
lunes, 5 de julio de 2010
Etapa 3. Pontedeume - Betanzos
Etapa en parte buena y en parte mala, bastante mala.
En Pontedeume nos tomamos un señor café con churros que nos apaña el cuerpo y nos despierta.
Por la calle Real subimos por una cuestecilla que no esperábamos hasta la iglesia de Santiago. En este punto se pierden un poco las flechas y hay que tirar de instinto peregrino para seguir el camino. Solución: hay que subir por unos escalones que hay en la parte de detrás de la iglesia y ya enseguida se pueden ver de nuevo las flechas.
A partir de aqui comienza una subida muy fuerte que hace que nos acordemos del desayuno que nos hemos metido.
En esta primera subida el dedo que tanto me dolía ayer va bien. Después de comprar el separa dedos, parece que va funcionando.
Tanto subir, tanto subir nos deja la última imagen de Pontedeume.
Aquí hay que decidir si subimos a Bréamo (son unos 6 kilómetros de desvío) o si seguimos por el camino. Es una pena perderse esta bonita iglesia pero viendo lo que llevamos hasta ahora no creemos que vaya a estar abierta con lo que decidimos seguir por el camino.
No nos lleva mucho llegar a Buíña, que la atravesamos para coger un camino de descenso que nos deja en la autopista. Este descenso me ha matado el dedo. Estamos al principio de la etapa y ya me duele a rabiar. No le veo yo muy buena pinta a esto.
Una vez cruzamos la autovía nos metemos de nuevo en el bosque.
Bosque que nos acompaña por caminos tranquilos.
Para llegar a Viadeiro, que está encima de una colina, nos espera otra subidita para probar si nuestras piernas lo merecen.
Mis piernas van muy bien pero lo que llevo fatal es el dedo. De caminar mal estoy notando un ligero dolor en el tobillo. Estupendo, todavía me chafo el pie y se me jode el viaje. Poco a poco y más despacio de lo que quisiera consigo subir.
Yo siempre he tenido la teoría de que el peor día siempre es el tercero. Llevas el cansancio acumulado de los días anteriores y el cuerpo no se ha acostumbrado a semejantes palizones. Pues bien, lo ratifico. A parte del dedo, la espalda molesta por el peso de la mochila. Mañana será otro día, si llego.
Aunque parece por el mapa que Miño está a la vuelta de la esquina, la verdad es que la llegada se hace larga, muuuuy larga.
Después de la ducha correspondiente y la pequeña siesta con aire acondicionado (uhmmmm que fresquito!!!) nos damos una vuelta para comprar otra cosa en la farmacia y para ver el pueblo. Por cierto, todas las iglesias cerradas a cal y canto. Madre mía, y en año xacobeo!!!
En Pontedeume nos tomamos un señor café con churros que nos apaña el cuerpo y nos despierta.
Por la calle Real subimos por una cuestecilla que no esperábamos hasta la iglesia de Santiago. En este punto se pierden un poco las flechas y hay que tirar de instinto peregrino para seguir el camino. Solución: hay que subir por unos escalones que hay en la parte de detrás de la iglesia y ya enseguida se pueden ver de nuevo las flechas.
A partir de aqui comienza una subida muy fuerte que hace que nos acordemos del desayuno que nos hemos metido.
En esta primera subida el dedo que tanto me dolía ayer va bien. Después de comprar el separa dedos, parece que va funcionando.
Tanto subir, tanto subir nos deja la última imagen de Pontedeume.
Aquí hay que decidir si subimos a Bréamo (son unos 6 kilómetros de desvío) o si seguimos por el camino. Es una pena perderse esta bonita iglesia pero viendo lo que llevamos hasta ahora no creemos que vaya a estar abierta con lo que decidimos seguir por el camino.No nos lleva mucho llegar a Buíña, que la atravesamos para coger un camino de descenso que nos deja en la autopista. Este descenso me ha matado el dedo. Estamos al principio de la etapa y ya me duele a rabiar. No le veo yo muy buena pinta a esto.
Una vez cruzamos la autovía nos metemos de nuevo en el bosque.
Bosque que nos acompaña por caminos tranquilos.
Para llegar a Viadeiro, que está encima de una colina, nos espera otra subidita para probar si nuestras piernas lo merecen.Mis piernas van muy bien pero lo que llevo fatal es el dedo. De caminar mal estoy notando un ligero dolor en el tobillo. Estupendo, todavía me chafo el pie y se me jode el viaje. Poco a poco y más despacio de lo que quisiera consigo subir.
Con mucha más pena que gloria consigo llegar al Ponte O Porco que anuncia la entrada en la ciudad de Miño.
Y al fin llegamos. Ha costado llegar hasta aqui y tiemblo cuando pienso que todavía me queda la mitad de la etapa. Uffff.
Ya en Miño nos dirigimos hacia el centro para tomar algo que nos dé un poco de fuerzas. En la entrada, sentados en un banco hay dos peregrinos (se nos distingue a la legua por las pintas que llevamos todos) tomando algo. Nosotros nos topamos con la oficina de turismo y nos acercamos a sellar la credencial. El chico, muy amable, nos informa de que el albergue está bajando hasta casi la playa pero que el camino sigue por la parte de arriba. Menos mal, nos ha ahorrado un paseo inútil.
Ya, con las flechas indicándonos de nuevo el camino decidimos parar a tomar un pincho de tortilla. Yo aprovecho para intentar colocarme bien la tirita del dedo que, a estas alturas, me mata.
Con el estómago lleno salimos sin muchas fuerzas hacia Betanzos. Bajamos hacia el apeadero de Miño y cruzando el Ponte O Porco por encima del río Lambre nos dirigimos hacia la autopista.
Hay una fuerte subida hasta llegar a ella y cuando llegamos arriba vemos un área de descanso. Si, menos mal.
En este punto, si se siguen las indicaciones de las flechas, se dá un tremendo rodeo para poder pasar por la iglesia de San Pantaleon de las Viñas. En el mapa que llevo, sin embargo, parece que hay un pequeño camino que cruza recto, ahorrándonos un buen trecho. Decidimos que es mejor por este camino que no dar una vuelta que nos dejará sin las pocas fuerzas que nos quedan. Así que, seguimos recto hacia Porto de Arriba y cual es nuestra sorpresa cuando vemos flechas pintadas indicando nuestra dirección. Sin comentarios.
Llegamos a Chantada sin mucho que señalar. De aqui a Gas hay una subida bastante decente pero que no tiene mucho problema porque está muy bien indicada y el camino es bastante bueno.
Desde Gas, el camino se dirige hacia San Martiño de Tiobre. Otra iglesia bastante bonita y que está cerrada. Oh! Sorpresa!!!
Está haciendo muchísimo calor y no vemos el momento de llegar a Betanzos, librarnos de las mochilas y pegarnos una ducha para quitarnos el sudor.
Desde Tiobre es todo bajada hasta llegar a Betanzos. Una bajada bastante fuerte que hace que las botas me destrocen el pobre dedo, ya perjudicado de por sí.
Con mucho dolor consigo llegar a las puertas de Betanzos. Justo al cruzar el puente hay un bar a la derecha donde se puede comer bastante decentemente y donde comemos sin pensarlo. Ya iremos al hotel, porque como vayamos primero de allí no nos saca nadie.
Después de la ducha correspondiente y la pequeña siesta con aire acondicionado (uhmmmm que fresquito!!!) nos damos una vuelta para comprar otra cosa en la farmacia y para ver el pueblo. Por cierto, todas las iglesias cerradas a cal y canto. Madre mía, y en año xacobeo!!!En el restaurante donde cenamos nos volvemos a encontrar a los dos peregrinos de Miño. Son italianos y parecen bastante majos.
A dormir que mañana no queremos pasar calor y son muchos kilómetros.
domingo, 4 de julio de 2010
Etapa 2. Neda - Pontedeume
La etapa de ayer fué muy tranquila. En esta etapa me espera alguna que otra sorpresa.
Salimos pronto del albergue para no pillar mucho calor y para desayunar en Neda cuanto antes. El tramo entre Narón y Neda es cortito y va bordeando la ría. No tardamos mucho en llegar a Neda y cual es nuestra sorpresa cuando al intentar buscar una cafetería para desayunar no encontramos ninguna abierta!!! Momentos de pánico. Cómo vamos a seguir sin café???
Vamos por el centro de Neda donde se encuentran las ruinas del antiguo hospital de peregrinos hasta que, casi saliendo de Neda, hay una cafetería, más bien un bar cutre de viejos, donde podemos tomar un café con un chupito de zumo de naranja. Si, chupito. Aqui se ve que ese es el tamaño estandar para los zumos en el desayuno.
Ya repuestos y con cafeína en la sangre seguimos nuestro camino, que empieza a inclinarse hacia arriba, lo que nos ofrece una de las últimas vistas de la ría de Narón.
Fene llega en un momento y apenas sin enterarnos. En cuanto que se deja Fene detrás comienza el campo con eucaliptos y helechos. La pendiente comienza a inclinarse pero vamos muy animosos.
La pendiente no es muy pronunciada al principio pero para llegar a la autopista la inclinación que tienes que subir es enorme. Menos mal que es cortita!!!
Los paisajes por aqui nos conquistan con el típico verdor gallego. En este tramo se camina mucho más por el campo que el primer día y podemos encontrar parajes como:
Ya en la playa y a unos escasos 6 kilómetros de nuestro destino, nos sentamos en un banco para comer algo de fruta. Comienza a hacer mucho calor. Menos mal que salimos relativamente pronto.
Nos dirigimos hacia Pontedeume, yo con más pena que gloria, que ya podemos ver desde el paseo marítimo de Cabanas.
Salimos pronto del albergue para no pillar mucho calor y para desayunar en Neda cuanto antes. El tramo entre Narón y Neda es cortito y va bordeando la ría. No tardamos mucho en llegar a Neda y cual es nuestra sorpresa cuando al intentar buscar una cafetería para desayunar no encontramos ninguna abierta!!! Momentos de pánico. Cómo vamos a seguir sin café???
Vamos por el centro de Neda donde se encuentran las ruinas del antiguo hospital de peregrinos hasta que, casi saliendo de Neda, hay una cafetería, más bien un bar cutre de viejos, donde podemos tomar un café con un chupito de zumo de naranja. Si, chupito. Aqui se ve que ese es el tamaño estandar para los zumos en el desayuno.
Ya repuestos y con cafeína en la sangre seguimos nuestro camino, que empieza a inclinarse hacia arriba, lo que nos ofrece una de las últimas vistas de la ría de Narón.
Fene llega en un momento y apenas sin enterarnos. En cuanto que se deja Fene detrás comienza el campo con eucaliptos y helechos. La pendiente comienza a inclinarse pero vamos muy animosos.
Los paisajes por aqui nos conquistan con el típico verdor gallego. En este tramo se camina mucho más por el campo que el primer día y podemos encontrar parajes como:Sólo hay una cosa que me está fastidiando y es la sorpresa que el camino me tiene reservado para hoy. El dedo meñique del pié derecho se mete debajo del contiguo y creo que me esta saliendo una ampolla. No me lo puedo creer. Estoy mal hecho o qué??? En fin, me duele bastante y ya no sé cómo caminar para que no me duela. En Pontedeume tendré que mirar a ver qué hago.
Ya, casi en Cabanas, seguimos por el monte con rinconcitos preciosos.
No todo iba a ser así de bonito. La bajada a Cabanas es mortal. Muy, muy, muy pronunciada, con lo que ello implica para mi dedo. Ay, cómo duele!!!
No todo iba a ser así de bonito. La bajada a Cabanas es mortal. Muy, muy, muy pronunciada, con lo que ello implica para mi dedo. Ay, cómo duele!!!Antes de pasar a Cabanas está este puente.
Ya en la playa y a unos escasos 6 kilómetros de nuestro destino, nos sentamos en un banco para comer algo de fruta. Comienza a hacer mucho calor. Menos mal que salimos relativamente pronto.
Nos dirigimos hacia Pontedeume, yo con más pena que gloria, que ya podemos ver desde el paseo marítimo de Cabanas.Ya en Pontedeume casi no puedo caminar en condiciones. El dedo me duele a rabiar y hace un calor tremendo.
Nos vamos al hostal a pegarnos una ducha, que nos lo hemos merecido.
Por pura casualidad hay una feria medieval aqui que está muy lograda. Hay gente disfrazada por la calle y el pueblo está muy bien ambientado.
sábado, 3 de julio de 2010
Etapa 1. Ferrol-Neda
Esta etapa es más bien cortita y bastante fácil. Lo que se dice una etapa ideal para el comienzo del camino de Santiago. No es cuestión de matarse el primer día.
Al comenzar el camino desde el hotel, decidimos que no merece la pena volver al punto 0 y comenzar desde la misma puerta del hotel. Hasta cruzarnos con el camino en si hay aproximadamente la misma distancia que nos "saltamos".
Después de un desayuno normalito nos ponemos las mochilas y vamos a pagar el hotel. En estos primeros momentos del camino vamos a tomar contacto directo con el especial sentido que tienen los gallegos para las distancias y el tiempo que se tarda en recorrerlas, además de su afán de interrumpir a su acompañante para darte las explicaciones. Eso si, se vuelcan en indicarte de lo lindo.
Preguntamos en recepción si saben ir al cruce con el camino de Santiago. Craso error. Cortándose el uno al otro y la una al anterior nos hacen un mapita esquemático de lo más chulo. Después de mil indicaciones entrecortadas conseguimos entender lo que significa el mapa y para nuestra sorpresa, según la gallega y su sentido de la distancia recepcionista del hotel, sólo estamos a 15 minutos de nuestro comienzo. "Si, si, 15 minutos hasta un alcampo por delante del cual pasa el camiño. 15 minutos llendo sin prisa".
50 minutos después y con un paso que ahogaría a muchos maratonianos no habíamos visto ni el alcampo, ni el camino, ni nada de nada. Nos habríamos equivocado???.
Como vemos un par de señoras galleguiñas decidimos preguntar. Una de ellas se para para explicarnos pero la otra, al ver nuestras pintas, sigue caminando como si nada. No hace la primera nada más que comenzar a explicarnos cuando llega la segunda cortandola para explicarnos otra forma diferente para encontrar el camino. Son la leche!!!
Después de poco más de una hora caminando (recordad que eran 15 minutos) llegamos al comienzo del camino de Santiago con la primera vieira como indicación.
Al comenzar el camino desde el hotel, decidimos que no merece la pena volver al punto 0 y comenzar desde la misma puerta del hotel. Hasta cruzarnos con el camino en si hay aproximadamente la misma distancia que nos "saltamos".
Después de un desayuno normalito nos ponemos las mochilas y vamos a pagar el hotel. En estos primeros momentos del camino vamos a tomar contacto directo con el especial sentido que tienen los gallegos para las distancias y el tiempo que se tarda en recorrerlas, además de su afán de interrumpir a su acompañante para darte las explicaciones. Eso si, se vuelcan en indicarte de lo lindo.
Preguntamos en recepción si saben ir al cruce con el camino de Santiago. Craso error. Cortándose el uno al otro y la una al anterior nos hacen un mapita esquemático de lo más chulo. Después de mil indicaciones entrecortadas conseguimos entender lo que significa el mapa y para nuestra sorpresa, según la gallega y su sentido de la distancia recepcionista del hotel, sólo estamos a 15 minutos de nuestro comienzo. "Si, si, 15 minutos hasta un alcampo por delante del cual pasa el camiño. 15 minutos llendo sin prisa".
50 minutos después y con un paso que ahogaría a muchos maratonianos no habíamos visto ni el alcampo, ni el camino, ni nada de nada. Nos habríamos equivocado???.
Como vemos un par de señoras galleguiñas decidimos preguntar. Una de ellas se para para explicarnos pero la otra, al ver nuestras pintas, sigue caminando como si nada. No hace la primera nada más que comenzar a explicarnos cuando llega la segunda cortandola para explicarnos otra forma diferente para encontrar el camino. Son la leche!!!
Después de poco más de una hora caminando (recordad que eran 15 minutos) llegamos al comienzo del camino de Santiago con la primera vieira como indicación.
Al contrario que el camino francés donde hay flechas que te desvían para pasar por tal o cual bar, en el camino Inglés las flechas y las conchas están sólo para indicarte el camino a seguir. El resultado es un camino perfectamente señalizado en el que en cada cruce hay una señal. En señalización este camino se merece un 10.Una vez llegado al Poligono de A Gandara sólo hay que seguir la orilla de la ría por un tranquilo parque bastante nuevo y por el cual es imposible perderse gracias a las señales.
No pasa mucho tiempo hasta que alcanzamos Narón. Pasadas las primeras indicaciones de Narón se debe cruzar por debajo de la vía.
Como se ve, no hay falta de flechas.Al subir de nuevo se encuentra un mojón con los kilómetros que nos quedan para llegar a Santiago.
Despues de visitar el cruceiro que está junto a esta iglesia se toma el camino que hay a la derecha para ir directo a cruzar el moderno puente de la autopista por la parte de abajo.
El verdor acompaña en cada momento.
Sin ninguna complicación ni riesgo de perderse se llega a la estación eléctrica, que rodeamos y seguimos a cruzar un pequeño puente sobre la ría.
Un poco más adelante se debe cruzar un segundo puente sobre la ría. Este segundo puente nos deja en la carretera que lleva hacia Neda pero que enseguida abandonamos para rodear la fábrica de Megasa por un nuevo parquecillo.Sin abandonar el parque y sin perder las flechas llegamos fácilmente al tercero de los puentes peatonales que hay que cruzar sobre la ría, ya sobre el río Xubia.
Justo al otro lado del puente se encuentra el albergue de peregrinos. Es de la Xunta y no está nada mal.
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