Salimos pronto del albergue para no pillar mucho calor y para desayunar en Neda cuanto antes. El tramo entre Narón y Neda es cortito y va bordeando la ría. No tardamos mucho en llegar a Neda y cual es nuestra sorpresa cuando al intentar buscar una cafetería para desayunar no encontramos ninguna abierta!!! Momentos de pánico. Cómo vamos a seguir sin café???
Vamos por el centro de Neda donde se encuentran las ruinas del antiguo hospital de peregrinos hasta que, casi saliendo de Neda, hay una cafetería, más bien un bar cutre de viejos, donde podemos tomar un café con un chupito de zumo de naranja. Si, chupito. Aqui se ve que ese es el tamaño estandar para los zumos en el desayuno.
Ya repuestos y con cafeína en la sangre seguimos nuestro camino, que empieza a inclinarse hacia arriba, lo que nos ofrece una de las últimas vistas de la ría de Narón.
Fene llega en un momento y apenas sin enterarnos. En cuanto que se deja Fene detrás comienza el campo con eucaliptos y helechos. La pendiente comienza a inclinarse pero vamos muy animosos.
Los paisajes por aqui nos conquistan con el típico verdor gallego. En este tramo se camina mucho más por el campo que el primer día y podemos encontrar parajes como:Sólo hay una cosa que me está fastidiando y es la sorpresa que el camino me tiene reservado para hoy. El dedo meñique del pié derecho se mete debajo del contiguo y creo que me esta saliendo una ampolla. No me lo puedo creer. Estoy mal hecho o qué??? En fin, me duele bastante y ya no sé cómo caminar para que no me duela. En Pontedeume tendré que mirar a ver qué hago.
Ya, casi en Cabanas, seguimos por el monte con rinconcitos preciosos.
No todo iba a ser así de bonito. La bajada a Cabanas es mortal. Muy, muy, muy pronunciada, con lo que ello implica para mi dedo. Ay, cómo duele!!!
No todo iba a ser así de bonito. La bajada a Cabanas es mortal. Muy, muy, muy pronunciada, con lo que ello implica para mi dedo. Ay, cómo duele!!!Antes de pasar a Cabanas está este puente.
Ya en la playa y a unos escasos 6 kilómetros de nuestro destino, nos sentamos en un banco para comer algo de fruta. Comienza a hacer mucho calor. Menos mal que salimos relativamente pronto.
Nos dirigimos hacia Pontedeume, yo con más pena que gloria, que ya podemos ver desde el paseo marítimo de Cabanas.Ya en Pontedeume casi no puedo caminar en condiciones. El dedo me duele a rabiar y hace un calor tremendo.
Nos vamos al hostal a pegarnos una ducha, que nos lo hemos merecido.
Por pura casualidad hay una feria medieval aqui que está muy lograda. Hay gente disfrazada por la calle y el pueblo está muy bien ambientado.



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