jueves, 8 de julio de 2010

Etapa 6. Deixebre - Santiago de Compostela

Hoy es la última etapa. Los sentimientos se mezclan entre la felicidad de llegar y la tristeza de acabar.
Como el camino no pasa en realidad por Deixebre, tenemos que ir por la carretera hasta Sigüeiro y allí volver a enlazar las flechas. Salimos muy pronto para poder quitarnos el calor de los últimos días. Un café autocalentable, unas galletas y en camino.
El día no nos recibe con calor, más bien lo contrario. El cielo tiene muy, muy mala pinta. Eso no nos quita la fuerza que parecen tener nuestras piernas el sexto día de peregrinaje y llegamos a Sigüeiro en un abrir y cerrar de ojos y con un cielo realmente amenazante.
Al llegar nos metemos en una cafetería para tomarnos un desayuno en condiciones y vivir una de las experiencias más chorras de mis tres caminos.
Pedimos dos cafés con leche y dos tostadas con tomate, algo bastante común. La camarera no parece muy convencida con eso de las tostadas con tomate pero nos las hará. Primero trae los cafés y las tostadas parece que tardan. Qué raro!!! Ya, pensando que se ha olvidado de nosotros pobres peregrinos vemos que viene con las “tostadas” con tomate. Resultan ser un sándwich de rodajas de tomate. ¡!!!!!! Pero, qué es esto???? Claro, el cachondeo es descomunal.
Mientras que nos tomamos nuestras “tostadas con tomate” comienza a llover y muy fuerte. Si es así todo el día vamos a llegar a Santiago tibios de agua. Esperamos un rato más en la cafetería para que se pase la lluvia o por lo menos que se suavice un poco. Preparamos las mochilas, los chubasqueros, los paraguas y al camino que nos vamos.
Al principio es un poco pesado pero enseguida te acostumbras y se comienza a ir bien. Una vez salimos de Sigüeiro enlazamos con las señales del camino. Ahora comienza un vaivén del camino a un lado y a otro de la carretera un tanto absurdo pero que por lo menos te aleja de los coches. La lluvia casi ha parado y el chubasquero sobra bastante.
En mitad del monte nos encontramos a la pareja de italianos que nos llevamos cruzando desde Miño. Qué majos ellos.
No tardamos hasta llegar a un pueblecito con un cruceiro.
Con las fundas puestas en las mochilas parecemos tortugas de caparazón amarillo. En cierto momento, las flechas nos envían por el arcén de la nacional, donde hay mucho tráfico y por donde circular se hace bastante peligroso. Una vez pasamos por debajo de un puente para el tren y cruzamos la carretera, nos desviamos de la entrada para el camino inglés y nos vamos dirección Monte do Gozo. La paz vuelve a nuestros oídos. Menuda diferencia.Este camino es un poco más largo que si hubiéramos seguido por la nacional pero es mucho más seguro, tranquilo y bonito. La caminata se hace larga pero ya vemos el Monte do Gozo a lo lejos. Ya casi estamos en Santiago.
Después de sellar en el Monte do Gozo seguimos hacia Santiago. En bicicleta este tramos se hace largo pero a pié se hace eterno. Entre la marea de peregrinos lisiados y sin mochilas que vienen desde Sarria (peregrinos de palo con converse, victoria e incluso con náuticos!!!) y lo feucha que es la entrada, la entrada se llena de nervios.
La entrada en Santiago es emocionantísima y cuando estamos en las escaleras que nos llevan a la plaza del Obradoiro no nos lo podemos creer, lo hemos conseguido.Ferrol queda ya muy atrás y delante de nosotros se levanta la catedral de Santiago de Compostela. Sí, sí, sí!!!

2 comentarios:

María dijo...

Tristeza por dejar atras los bosques gallegos y que todo ya haya pasado. La felicidad de lo vivido, de lo maravilloso que fue el viaje y lo muchísimo que reímos. El deseo de seguir caminando junto a mi Peregrino Sexy,siempre contigo :) IHDSL

Junec dijo...

Habrá más, muchos más. Santiago no se mueve ;P IHDSL