Después de tanto tiempo ya lo he acabado.
Si que me ha costado ponerme!!!
lunes, 10 de agosto de 2009
domingo, 9 de agosto de 2009
Olveiroa - Finisterre
Último día de este tremendo viaje. Muy, muy, muy recomendable. Mucho más bonito que el Camino Francés.
Bueno, después de un desayuno lentito, tengo ganas de disfrutar, vuelvo al albergue para empezar a rodar mi último día.
Alguien ha dejado una gorra en la cama, me dá que la ha olvidado. Cojo la gorra para ver si pillo al peregrino que se la dejó en el camino.
Los días pesan mucho y me subo a la bici después de costarme bastante. Me siento cansado, aunque emocionado al mismo tiempo por acabar mi aventura.
Ya subido en Kona y con los primeros pedales, me dirijo hacia el camino. Dónde está???
Al principio me cuesta encontrarlo pero una vez ves la primera flecha ya no te pierdes.
Ya en el camino avanzo por pistas forestales ascendiendo continuamente.
Pregunto a todos los peregrinos con los que me cruzo si la gorra que llevo es suya pero no hay suerte, de momento no he encontrado al dueño.
Los kilómetros caen fácilmente entre plantaciones de eucaliptos y con pendientes moderadas.
No tardo mucho en llegar a Hospital, donde está el famoso mojón que separa el camino hacia Fisterra con el que va a Muxía. Yo sigo hacia Fisterra.
Después de pasar este cruce ya sólo queda llanear y falsollanear por las alturas hasta llegar al Alto Do Cruceiro de Armada, donde se puede ver recortado en el horizonte el faro de Fisterra.
Vale, en esta no se ve, pero de verdad que se ve.
Poco a poco se llega al borde de la planicie por la que voy y desde allí se ve ahora Cee y Corcubión algo más cerca.
Sin pensar mucho me tiro cuesta abajo para llegar a Cee. La bajada es un poco complicada para las bicicletas ya que está llena de piedras bastante gordas y es muy inclinada. Se puede hacer, con cuidado pero, se puede hacer.
Más bien que mal llego abajo sin muchos problemas.
Barquita en la playa de Cee.
Después de Corcubión hay un ascenso un tanto fuerte pero no es muy largo. A partir de aqui el camino entra y sale a la carretera. Mi recomendación es hacerlo por la carretera porque desviarse de la carretera para entrar a un pueblo para luego volver a salir a la carretera dos calles más abajo me parece una pérdida de tiempo y energía.
Queda bastante todavía pero por la carretera (el camino va junto a ella) se hace enseguida y en un santiamén estoy entrando en Fisterra.
Por fín he acabado la peregrinación de este año!!!!
Casi corriendo me voy al albergue para soltar la bici e irme hacia el faro tranquilamente caminando.
Bueno, después de un desayuno lentito, tengo ganas de disfrutar, vuelvo al albergue para empezar a rodar mi último día.
Alguien ha dejado una gorra en la cama, me dá que la ha olvidado. Cojo la gorra para ver si pillo al peregrino que se la dejó en el camino.
Los días pesan mucho y me subo a la bici después de costarme bastante. Me siento cansado, aunque emocionado al mismo tiempo por acabar mi aventura.
Ya subido en Kona y con los primeros pedales, me dirijo hacia el camino. Dónde está???
Al principio me cuesta encontrarlo pero una vez ves la primera flecha ya no te pierdes.
Ya en el camino avanzo por pistas forestales ascendiendo continuamente.
Pregunto a todos los peregrinos con los que me cruzo si la gorra que llevo es suya pero no hay suerte, de momento no he encontrado al dueño.
Los kilómetros caen fácilmente entre plantaciones de eucaliptos y con pendientes moderadas.
No tardo mucho en llegar a Hospital, donde está el famoso mojón que separa el camino hacia Fisterra con el que va a Muxía. Yo sigo hacia Fisterra.
Después de pasar este cruce ya sólo queda llanear y falsollanear por las alturas hasta llegar al Alto Do Cruceiro de Armada, donde se puede ver recortado en el horizonte el faro de Fisterra.
Vale, en esta no se ve, pero de verdad que se ve.Poco a poco se llega al borde de la planicie por la que voy y desde allí se ve ahora Cee y Corcubión algo más cerca.
Sin pensar mucho me tiro cuesta abajo para llegar a Cee. La bajada es un poco complicada para las bicicletas ya que está llena de piedras bastante gordas y es muy inclinada. Se puede hacer, con cuidado pero, se puede hacer.
Más bien que mal llego abajo sin muchos problemas.
Barquita en la playa de Cee.
Después de Corcubión hay un ascenso un tanto fuerte pero no es muy largo. A partir de aqui el camino entra y sale a la carretera. Mi recomendación es hacerlo por la carretera porque desviarse de la carretera para entrar a un pueblo para luego volver a salir a la carretera dos calles más abajo me parece una pérdida de tiempo y energía.Queda bastante todavía pero por la carretera (el camino va junto a ella) se hace enseguida y en un santiamén estoy entrando en Fisterra.
Por fín he acabado la peregrinación de este año!!!!
Casi corriendo me voy al albergue para soltar la bici e irme hacia el faro tranquilamente caminando.sábado, 8 de agosto de 2009
Santiago de Compostela - Olveiroa
8-Agosto-2009
63 km.
Aunque no es una etama muy larga, es bastante dura. Hay bastantes rampas y el piso está lleno de raíces y piedras. Aún así no es algo que vaya a echarme para atrás a estas alturas.
Para empezar bien el día me voy con Merche a desayunar al ladito de la Plaza del Obradoiro, que presentaba esta guisa. Muy dificil coger la plaza sin nadie. Pues ahí queda la foto.
Salgo de Santiago por donde marcan las ya conocidas y amadas flechas amarillas. El camino hacia Finisterre comienza bajando las escaleras que están junto al parador. Por ese camino y pocas casas después comienza una pequeña bajada que nos deja en el río Sarela. A partir de aqui hay que emplearse a fondo ya que las rampas son bastante inclinadas. Sobre todo, lo que más hace que echemos el pie al suelo son las piedras y raíces. En estos caminos hay demasiadas.
Ya, llegando a Sarela, después de barias subidas bastante fuertecillas, me giro para ver por última vez las torres de la Catedral de Santiago.
Las subidas son duras y llenas de piedras. Con este camino me tengo que bajar varias veces y empujar como un campeón. Al llegar a Ventosa comienza una bajada que tampoco puedo hacer muy deprisa porque sigue habiendo la misma cantidad de piedras por el camino.
El camino me lleva, de una forma bastante cómoda, hasta Aguapesada, donde hay un puentecillo mediaval que no está nada mal. Me paro a tomar un tentenpié ya que a partir de ahora comienza una fuerte pendiente que seguro que me deja bajo mínimos.
Ciertamente la cuesta se las trae. Se hace un poco más larga de lo que en realidad es.
Al llegar a la cima sólo queda bajar hasta Pontemaceira. El puente no hay que perdérselo.
Ya después de Pontemaceira hay una última cuesta para llegar a Negreira. Aqui me paro a coger fuerzas y a comprar el film transparente para envolver la bicicleta para la vuelta.
A partir de aqui comienza mi calvario personal.
Los caminos son endiabladamente difíciles de ciclar y las subidas no dan mucho pié a descansar.
Son muchos días pedaleando y el cuerpo comienza a mostrar signos de debilidad. Sea como sea, me cuesta una barbaridad seguir avanzando.
A la dureza de algunos tramos se le suman otros graciosos como este que pasa a través de un campo de maíz.
Desde que salí de Negreira no he hecho más que subir y subir. Ahora que estoy en Maroñas me doy cuenta de lo que me queda. La subida desde aquí me deja extasiado. No es muy inclinada pero mi cuerpo no puede mucho más. Qué ganas tengo de llegar a Olveiroa.
Esperando que no me digan nada por ir en bici, voy corriendo al albergue. Está bastante bien el sitio y por suerte me quedo con la última cama libre en el edificio principal. En Olveiroa han adaptado varias casas típicas y las han hecho albergues. Si llegas muy tarde puedes dormir incluso en un Hórreo que tienen al lado de la oficina.
Por hoy está bien. Estoy destrozado, no quiero saber nada más de la bici.
Mañana me espera una jornada tranquilita y cortita.
63 km.
Aunque no es una etama muy larga, es bastante dura. Hay bastantes rampas y el piso está lleno de raíces y piedras. Aún así no es algo que vaya a echarme para atrás a estas alturas.
Para empezar bien el día me voy con Merche a desayunar al ladito de la Plaza del Obradoiro, que presentaba esta guisa. Muy dificil coger la plaza sin nadie. Pues ahí queda la foto.
Salgo de Santiago por donde marcan las ya conocidas y amadas flechas amarillas. El camino hacia Finisterre comienza bajando las escaleras que están junto al parador. Por ese camino y pocas casas después comienza una pequeña bajada que nos deja en el río Sarela. A partir de aqui hay que emplearse a fondo ya que las rampas son bastante inclinadas. Sobre todo, lo que más hace que echemos el pie al suelo son las piedras y raíces. En estos caminos hay demasiadas.Ya, llegando a Sarela, después de barias subidas bastante fuertecillas, me giro para ver por última vez las torres de la Catedral de Santiago.
Las subidas son duras y llenas de piedras. Con este camino me tengo que bajar varias veces y empujar como un campeón. Al llegar a Ventosa comienza una bajada que tampoco puedo hacer muy deprisa porque sigue habiendo la misma cantidad de piedras por el camino.El camino me lleva, de una forma bastante cómoda, hasta Aguapesada, donde hay un puentecillo mediaval que no está nada mal. Me paro a tomar un tentenpié ya que a partir de ahora comienza una fuerte pendiente que seguro que me deja bajo mínimos.
Ciertamente la cuesta se las trae. Se hace un poco más larga de lo que en realidad es.
Al llegar a la cima sólo queda bajar hasta Pontemaceira. El puente no hay que perdérselo.
Ya después de Pontemaceira hay una última cuesta para llegar a Negreira. Aqui me paro a coger fuerzas y a comprar el film transparente para envolver la bicicleta para la vuelta.A partir de aqui comienza mi calvario personal.
Los caminos son endiabladamente difíciles de ciclar y las subidas no dan mucho pié a descansar.
Son muchos días pedaleando y el cuerpo comienza a mostrar signos de debilidad. Sea como sea, me cuesta una barbaridad seguir avanzando.
A la dureza de algunos tramos se le suman otros graciosos como este que pasa a través de un campo de maíz.
Desde que salí de Negreira no he hecho más que subir y subir. Ahora que estoy en Maroñas me doy cuenta de lo que me queda. La subida desde aquí me deja extasiado. No es muy inclinada pero mi cuerpo no puede mucho más. Qué ganas tengo de llegar a Olveiroa.Esperando que no me digan nada por ir en bici, voy corriendo al albergue. Está bastante bien el sitio y por suerte me quedo con la última cama libre en el edificio principal. En Olveiroa han adaptado varias casas típicas y las han hecho albergues. Si llegas muy tarde puedes dormir incluso en un Hórreo que tienen al lado de la oficina.
Por hoy está bien. Estoy destrozado, no quiero saber nada más de la bici.
Mañana me espera una jornada tranquilita y cortita.
viernes, 7 de agosto de 2009
Sobrado os Monxes - Santiago de Compostela
7-Agosto-2009
60 km.
Hoy salimos pronto. La gente hace mucho ruido y algún listo ha encendido la luz antes de la hora.
A las 8 estamos montados en la bici después de un desayuno con lo que compramos ayer.
Tenemos la intención de llegar pronto al Monte do Gozo para ver si nos pueden dar un sitio.
Esta última etapa no parece muy dura y la podremos hacer cómodamente. Aprovechamos para ir el recorrido entero por el camino. Es un poco incordio porque hay mucha gente y hay que ir parando cada dos por tres. Aún así se hace bastante amena.
El día en Sobrado no tiene muy buena pinta y da miedo pensar en que se estropee más.
Nada más salir de Sobrado comienza una subida relativamente fuerte que se hace muy entretenida. El paisaje parece de fantasía. Los bosques verdes, la niebla y la llovizna, los cuervos graznando, en fin, muy gallego todo.
Casi sin darnos cuenta estamos ya en el descenso que nos lleva hasta Arzúa.
Este tramo parecía mucho más complicado en los planos. Aunque hay alguna subidita que otra, se hace bastante cómodo el rodar por aqui.
Ya en Arzúa nos tomamos el segundo desayuno tranquilamente. Es pronto y ya hemos hecho la mitad del recorrido por hoy.
A partir de Arzúa el camino se vuelve muy chulo. Es bastante recomendado no perdérselo. Hay mucha gente y bastante buen ambiente.
A partir de ahora se ve muchos peregrinos de palo que se piensan que por hacer 100 kilómetros han hecho el camino. Pues no. El camino es mucho más que eso. Se les nota a la legua con su ropita nueva, las botas apenas sin utilizar y muchos de ellos sin mochila. Pues vaya!!!
Todo esto debe cambiar. No me parece justo para los que llevan más de 700 kilómetros a sus espaldas. En fin.
La adrenalina hace que no note las piernas y que vaya más deprisa de lo que cabría esperar.
Casi sin darme cuenta llego al desvío del aeropuerto y como dice la pintada: estamos CASI llegando.
Un poco de montaje.....
El camino es un continuo subir y bajar pero sin mucha pendiente. Si hay pendiente, es algo que mis piernas no notan. Sólo quieren seguir y seguir.
Unos metros más adelante está la escultura de Santiago.
De aqui a la plaza del Obradoiro queda muuuuuy poco.
A partir de aqui bajamos el ritmo. En parte por disfrutar un poco más, en parte porque hemos tirado muy fuerte hasta ahora y las piernas empiezan a notarlo.
La subida al pueblo de San Marcos es bastante fea. Es como una zona con urbanizaciones que nada tiene que ver con el camino que traíamos hasta aquí.
Subiendo y subiendo (qué larga se hace la cuesta!!!!) llegamos a Monte do Gozo.
Dios, es horrible ver a toda esa gente, con ambiente de fiesta (evidentemente peregrinos de palo) esperando a que abran las puertas del mega albergue.
Pasamos de quedarnos allí y salimos pitando hacia Santiago, al albergue Acuario. Está bastante bien aunque un poco alejado del centro de la ciudad.
Después de coger las camas nos montamos en las bicis y nos vamos al centro para hacer el último tramo y entrar en la Plaza del Obradoiro.
La avalancha de gente por las calles del centro es monumental y el cosquilleo, tan conocido, no me deja otra opción que ir esquivando personas para llegar ante la catedral cuanto antes.
Tan impresionante como el año pasado, la plaza está hasta los topes de peregrinos. Mochilas y bicicletas por todos los lados. Es muy emocionante llegar hasta este punto después de 947 km, después de 13 días pedaleando, cruzando pueblos y ciudades, caminos y carreteras, subidas asfixiantes y bajadas kamikazes. Es muy impresionante ver lo pequeño que eres ante tantas experiencias inolvidables. Tan impresionante como siempre.
Pero el final del camino no es este, no???
60 km.
Hoy salimos pronto. La gente hace mucho ruido y algún listo ha encendido la luz antes de la hora.
A las 8 estamos montados en la bici después de un desayuno con lo que compramos ayer.
Tenemos la intención de llegar pronto al Monte do Gozo para ver si nos pueden dar un sitio.
Esta última etapa no parece muy dura y la podremos hacer cómodamente. Aprovechamos para ir el recorrido entero por el camino. Es un poco incordio porque hay mucha gente y hay que ir parando cada dos por tres. Aún así se hace bastante amena.
El día en Sobrado no tiene muy buena pinta y da miedo pensar en que se estropee más.
Nada más salir de Sobrado comienza una subida relativamente fuerte que se hace muy entretenida. El paisaje parece de fantasía. Los bosques verdes, la niebla y la llovizna, los cuervos graznando, en fin, muy gallego todo.
Casi sin darnos cuenta estamos ya en el descenso que nos lleva hasta Arzúa.
Este tramo parecía mucho más complicado en los planos. Aunque hay alguna subidita que otra, se hace bastante cómodo el rodar por aqui.Ya en Arzúa nos tomamos el segundo desayuno tranquilamente. Es pronto y ya hemos hecho la mitad del recorrido por hoy.
A partir de Arzúa el camino se vuelve muy chulo. Es bastante recomendado no perdérselo. Hay mucha gente y bastante buen ambiente.
A partir de ahora se ve muchos peregrinos de palo que se piensan que por hacer 100 kilómetros han hecho el camino. Pues no. El camino es mucho más que eso. Se les nota a la legua con su ropita nueva, las botas apenas sin utilizar y muchos de ellos sin mochila. Pues vaya!!!
Todo esto debe cambiar. No me parece justo para los que llevan más de 700 kilómetros a sus espaldas. En fin.
La adrenalina hace que no note las piernas y que vaya más deprisa de lo que cabría esperar.
Casi sin darme cuenta llego al desvío del aeropuerto y como dice la pintada: estamos CASI llegando.
Un poco de montaje.....
El camino es un continuo subir y bajar pero sin mucha pendiente. Si hay pendiente, es algo que mis piernas no notan. Sólo quieren seguir y seguir.Unos metros más adelante está la escultura de Santiago.
De aqui a la plaza del Obradoiro queda muuuuuy poco.A partir de aqui bajamos el ritmo. En parte por disfrutar un poco más, en parte porque hemos tirado muy fuerte hasta ahora y las piernas empiezan a notarlo.
La subida al pueblo de San Marcos es bastante fea. Es como una zona con urbanizaciones que nada tiene que ver con el camino que traíamos hasta aquí.
Subiendo y subiendo (qué larga se hace la cuesta!!!!) llegamos a Monte do Gozo.
Dios, es horrible ver a toda esa gente, con ambiente de fiesta (evidentemente peregrinos de palo) esperando a que abran las puertas del mega albergue.
Pasamos de quedarnos allí y salimos pitando hacia Santiago, al albergue Acuario. Está bastante bien aunque un poco alejado del centro de la ciudad.
Después de coger las camas nos montamos en las bicis y nos vamos al centro para hacer el último tramo y entrar en la Plaza del Obradoiro.
La avalancha de gente por las calles del centro es monumental y el cosquilleo, tan conocido, no me deja otra opción que ir esquivando personas para llegar ante la catedral cuanto antes.
Tan impresionante como el año pasado, la plaza está hasta los topes de peregrinos. Mochilas y bicicletas por todos los lados. Es muy emocionante llegar hasta este punto después de 947 km, después de 13 días pedaleando, cruzando pueblos y ciudades, caminos y carreteras, subidas asfixiantes y bajadas kamikazes. Es muy impresionante ver lo pequeño que eres ante tantas experiencias inolvidables. Tan impresionante como siempre.
Pero el final del camino no es este, no???
jueves, 6 de agosto de 2009
Vilalba - Sobrado os Monxes
6-Agosto-2009
68 km.
Esta ha sido una etapa con pinta muy dura pero que se hace muy bien y donde te inundan los paisajes gallegos con su belleza.
En la salida de la ciudad hay que andar con ojo porque las flechas se pierden en poco tiempo, yo de hecho, no las ví.
No me apetece nada pero hay que ir por la nacional. Al seguir por la carretera todo es bastante aburrido, hasta que vemos que pasa un camino por debajo de la carretera por el cual van caminando un par de peregrinos. Dios!!!! En fin, hay que encontrar ese caminillo como sea. Al otro lado de la carretera hay un pueblecito, típico gallego. Pues el camino pasa por allí asi que, las flechas no deben andar lejos.
Pues si, en el pueblo no hay restos de las flechas. Dos señoras gallegas nos dicen que siguiendo por la nacional se llega a un punto donde se pueden ver las indicaciones del camino de Santiago.
Para allá que vamos y si, efectivamente, las flechas están allí.
Por el camino, ahora si, no tardamos en llegar a Baamonde. Allí sólo tengo dos opciones: o me tomo un café caliente o me quedo frito en la bici.
Menos mal que los paisajes y el entorno nos acompañan.
Dejando mi huella al estilo peregrino. Montañita de piedras para indicar el camino.
Según los perfiles parece que la llegada a Sobrado viene precedida de fuertes pendientes pero nada más lejos de la verdad. Se rueda bastante bien. Hay subidas, si, pero no son muy fuertes ni difíciles. Este tramo no tiene complicación.
En un pueblo por el que pasamos se escucha una bonita música gallega. La música sale de una casa de un escultor muy bohemio que nos invita a pasar a su casa: un caserón con el interior lleno de esculturas que ha hecho el individuo este. Muy amable nos cuenta su vida y nos enseña alguna de sus obras.
Después de esta paradita para visitar al escultor, seguimos rodando.

Muy chulo el monasterio. Aunque el sitio para dormir no es muy allá, elo sólo hecho de tener la oportunidad de dormir en un monasterio, se debería de pernoctar aquí.
68 km.
Esta ha sido una etapa con pinta muy dura pero que se hace muy bien y donde te inundan los paisajes gallegos con su belleza.
En la salida de la ciudad hay que andar con ojo porque las flechas se pierden en poco tiempo, yo de hecho, no las ví.
No me apetece nada pero hay que ir por la nacional. Al seguir por la carretera todo es bastante aburrido, hasta que vemos que pasa un camino por debajo de la carretera por el cual van caminando un par de peregrinos. Dios!!!! En fin, hay que encontrar ese caminillo como sea. Al otro lado de la carretera hay un pueblecito, típico gallego. Pues el camino pasa por allí asi que, las flechas no deben andar lejos.
Pues si, en el pueblo no hay restos de las flechas. Dos señoras gallegas nos dicen que siguiendo por la nacional se llega a un punto donde se pueden ver las indicaciones del camino de Santiago.
Para allá que vamos y si, efectivamente, las flechas están allí.
Por el camino, ahora si, no tardamos en llegar a Baamonde. Allí sólo tengo dos opciones: o me tomo un café caliente o me quedo frito en la bici.
Menos mal que los paisajes y el entorno nos acompañan.
Dejando mi huella al estilo peregrino. Montañita de piedras para indicar el camino.
Según los perfiles parece que la llegada a Sobrado viene precedida de fuertes pendientes pero nada más lejos de la verdad. Se rueda bastante bien. Hay subidas, si, pero no son muy fuertes ni difíciles. Este tramo no tiene complicación.En un pueblo por el que pasamos se escucha una bonita música gallega. La música sale de una casa de un escultor muy bohemio que nos invita a pasar a su casa: un caserón con el interior lleno de esculturas que ha hecho el individuo este. Muy amable nos cuenta su vida y nos enseña alguna de sus obras.
Después de esta paradita para visitar al escultor, seguimos rodando.El camino en esta zona es bastante entretenido. Poco a poco se van pasando las pequeñas aldeas mientras el camino serpentea entre ellas.
El tiempo también acompaña porque, salvo algún chubasquillo que otro, el día ha sido genial.
Por el camino había mucho barro y muchos charcos y para cuando hemos querido llegar al monasterio estábamos embarrados.

Patio del Monasterio. Muy bonito.

Caos en el Claustro de los Peregrinos.
Muy chulo el monasterio. Aunque el sitio para dormir no es muy allá, elo sólo hecho de tener la oportunidad de dormir en un monasterio, se debería de pernoctar aquí.miércoles, 5 de agosto de 2009
Ribadeo-Vilalba
5-Agosto-2009
82 km.
Viendo el perfil de la etapa parece que ésta no va a ser nada fácil.
De momento el día se ha levantado muy feo y cerrado. Amenaza la lluvia.
Nada más salir de Ribadeo ya empieza la subida. Esto es el previo de lo que nos espera en el día. Para continuar desanimando ha comenzado a chispear.
La subida es muy fuerte y encima está ese calabobos que hace que el frío se te meta en los huesos. No tardamos mucho en parar en un pueblecito perdido por galicia para tomar algo caliente.
Siguiendo por el camino se presenta una subida muy fuerte y tras ésta, una bajada bastante emocionante que nos deja en Lourenzá. Desde aquí hasta Mondoñedo no hay grandes dificultades y se rueda bastante bien.
Mondoñedo muy bien. La catedral es bastante chula y el pueblo muy acogedor.
Desde aquí hay que tomar una pista asfaltada hasta el desvío hacia Lousada. Tal y como nos han dicho, el camino a partir de aqui se vuelve intransitable y es mejor seguir por el asfalto.
Desde esta pista asfaltada se puede tener una última vista de la catedral de Mondoñedo.

Los paisajes son de un verde intenso que embruja. Parece cierto el dicho de que las meigas haberlas haylas. Si, y estarán por aqui.
Una vez que ya he rodado un poco se me quita la pesadez de la comida y comienzo a disfrutar de los paisajes.

82 km.
Viendo el perfil de la etapa parece que ésta no va a ser nada fácil.
De momento el día se ha levantado muy feo y cerrado. Amenaza la lluvia.
Nada más salir de Ribadeo ya empieza la subida. Esto es el previo de lo que nos espera en el día. Para continuar desanimando ha comenzado a chispear.
La subida es muy fuerte y encima está ese calabobos que hace que el frío se te meta en los huesos. No tardamos mucho en parar en un pueblecito perdido por galicia para tomar algo caliente.
Siguiendo por el camino se presenta una subida muy fuerte y tras ésta, una bajada bastante emocionante que nos deja en Lourenzá. Desde aquí hasta Mondoñedo no hay grandes dificultades y se rueda bastante bien.
Mondoñedo muy bien. La catedral es bastante chula y el pueblo muy acogedor.
Desde aquí hay que tomar una pista asfaltada hasta el desvío hacia Lousada. Tal y como nos han dicho, el camino a partir de aqui se vuelve intransitable y es mejor seguir por el asfalto.Desde esta pista asfaltada se puede tener una última vista de la catedral de Mondoñedo.

Si ya la subida era fuerte hasta llegar al desvío, después del desvío es verdaderamente endemoniada. Te lleva cada vez más arriba y parece que no va a tener fin. No hay pueblos ni gente a la que preguntar así que lo único que te queda es seguir adelante, siempre adelante.

Llega un momento en el que piensas que te has perdido y viendo la experiencia en Soto de Luíña, nos estabamos temiendo que nos hubieramos perdido de nuevo.
Pero no, justo cuando más mosqueados estábamos, llegamos a la carretera nacional que nos deja en Abadín.
A partir de ahora no parece que la cosa sea muy complicada y como ya es tarde decidimos parar a comer algo antes de seguir.
Ese "algo" se convierte en un menú del día hipercalórico que nos deja medio dormidos y casi sin fuerzas ni para subirnos en la bici.
Subir la primera cuesta casi acaba conmigo.
Hay una carretera nacional que hace el mismo trayecto que el camino pero como tiene buena pinta el camino, no hay opción. Y no nos hemos equivocado.



Por estos caminillos llegamos al albergue de Vilalba, donde nos ponen un poco de pegas por ir en bici, pero nada serio.
El albergue muy nuevo y bastante bueno.
martes, 4 de agosto de 2009
Almuña (Luarca) - Ribadeo
4-Agosto-2009
60 km.
Entramos en Galicia!!!!!!
Después de la paliza de ayer la etapa de hoy pretende ser tranquila. Aunque al principio parece que puede resultar un tanto dificil, la segunda parte parece más sencilla y llana.
El comienzo del día es con una bajada hasta el pueblo de Luarca, donde ayer estuvimos Merche y yo, para luego volver a subir por la otra ladera.
Una vez estamos arriba perdemos las señales y no nos queda más remedio que coger la carretera nacional.
Hasta Navia el camino pasa cerca de la nacional así que seguimos por ella hasta Navia, donde tampoco encuentro rastro de las señales. ¿Pero qué me pasa hoy?
Ya en La Caridad tomamos una carreterilla que va hacia el sur y que se corta con el camino. Este desvío tengo que cogerlo como sea, estoy harto de tanta carretera.
No pasa mucho, unos 3 kilómetros, hasta que vemos las flechas del camino así que nos falta tiempo para meternos.
Esta parte del camino es muy agradecida. Es más o menos llana con caminillos de piedras por los que se rueda bastante bien.
Llega momento decisivo. El cruce para desviarse hacia Figueras (para cruzar por el puente hasta Ribadeo) o hacia Castropol (si queremos dar toda la vuelta a la ría, lo que supondría unos 9 kilómetros más). Decidimos ir hacia el puente, ya que algunas personas nos dicen que se puede pasar aunque sea el puente de la autopista. Si no se puede pasar tendremos que dar la vuelta y rodear la ría.
Poco después llegamos a Figueras, donde desde el mirador se tienen unas vistas estupendas de Ribadeo.
Cuando llegamos al puente vemos que han hecho un andadero a cada lado del puente para que la gente pueda cruzar desde Ribadeo hasta Figueras. Menos mal!!!
Las vistas desde el puente son otra maravilla.
Una vez pasado el puente y llegado a Ribadeo hemos entrado en Galicia. Hemos entrado en la última Comunidad Autónoma antes de nuestro destino, en el primer pueblo de Galicia y en el último de la costa. A partir de ahora el camino se adentra alejándose del mar que tanto nos ha acompañado durante cerca de 800 km.
Justo al cruzar el puente hay que dirigirse hacia debajo del mismo que es dónde está el albergue.
El pueblo de Ribadeo tiene un puerto al que merece la pena acercarse.
60 km.
Entramos en Galicia!!!!!!
Después de la paliza de ayer la etapa de hoy pretende ser tranquila. Aunque al principio parece que puede resultar un tanto dificil, la segunda parte parece más sencilla y llana.
El comienzo del día es con una bajada hasta el pueblo de Luarca, donde ayer estuvimos Merche y yo, para luego volver a subir por la otra ladera.
Una vez estamos arriba perdemos las señales y no nos queda más remedio que coger la carretera nacional.
Hasta Navia el camino pasa cerca de la nacional así que seguimos por ella hasta Navia, donde tampoco encuentro rastro de las señales. ¿Pero qué me pasa hoy?
Ya en La Caridad tomamos una carreterilla que va hacia el sur y que se corta con el camino. Este desvío tengo que cogerlo como sea, estoy harto de tanta carretera.
No pasa mucho, unos 3 kilómetros, hasta que vemos las flechas del camino así que nos falta tiempo para meternos.
Esta parte del camino es muy agradecida. Es más o menos llana con caminillos de piedras por los que se rueda bastante bien.
Llega momento decisivo. El cruce para desviarse hacia Figueras (para cruzar por el puente hasta Ribadeo) o hacia Castropol (si queremos dar toda la vuelta a la ría, lo que supondría unos 9 kilómetros más). Decidimos ir hacia el puente, ya que algunas personas nos dicen que se puede pasar aunque sea el puente de la autopista. Si no se puede pasar tendremos que dar la vuelta y rodear la ría.
Poco después llegamos a Figueras, donde desde el mirador se tienen unas vistas estupendas de Ribadeo.
Cuando llegamos al puente vemos que han hecho un andadero a cada lado del puente para que la gente pueda cruzar desde Ribadeo hasta Figueras. Menos mal!!!Las vistas desde el puente son otra maravilla.
Una vez pasado el puente y llegado a Ribadeo hemos entrado en Galicia. Hemos entrado en la última Comunidad Autónoma antes de nuestro destino, en el primer pueblo de Galicia y en el último de la costa. A partir de ahora el camino se adentra alejándose del mar que tanto nos ha acompañado durante cerca de 800 km.Justo al cruzar el puente hay que dirigirse hacia debajo del mismo que es dónde está el albergue.
El pueblo de Ribadeo tiene un puerto al que merece la pena acercarse.
Y la Torre del Moneo, diseñada por un discípulo de Gaudí.
Justo al lado del albergue hay un parque donde poder relajarse. Incluso se puede bajar a la ría para darse un chapuzón, si el día es caluroso.
Por la noche me recreo haciendo algunas fotografías al puente desde el tejado del albergue.
lunes, 3 de agosto de 2009
Avilés - Luarca
3-Agosto-2009
93 km.

Las vistas de estos bosques de Eucaliptos y Helechos son sobrecogedoras. El País Vasco era muy impresionante pero estos campos no dejan muy atrás a Asturias.
Por estos bosques asturianos y con alguna dificultad que otra por las piedras, raíces y charcos del camino, llegamos a El Castillo, donde después de otra fuerte subida nos deja vistas como estas:
En la subida se pasa por la puerta de una casa cuyos amables dueños han puesto a disposición del peregrino una fuente con un agua estupenda. Merece la pena pararse unos instantes aquí.
93 km.
Hoy ha sido una etapa especialmente dura. No sólo por la cantidad de kilómetros que hemos hecho, ni por el perfíl rompepiernas de la etapa sino porque nos hemos perdido!!! Alguna vez tendría que ser.
La salida desde Avilés está muy bien indicada. Es fácil seguir las flechas. Lo malo es que comienza con una subida muy fuerte que, a esas horas de la mañana, te deja sin gota de energías. Ya una vez has acabado de subir hay unas estupendas vistas de Salinas.
Una vez se atraviesa el pueblo de Salinas comienza una tremendisima subida con una pendiente que hará que nos empleemos al 100%. Eso sí, una vez que estás en la zona de arriba y se retoma el camino de tierra te ves inmerso en bosques interminables de Eucaliptos.
Por estos bosques asturianos y con alguna dificultad que otra por las piedras, raíces y charcos del camino, llegamos a El Castillo, donde después de otra fuerte subida nos deja vistas como estas:
En la subida se pasa por la puerta de una casa cuyos amables dueños han puesto a disposición del peregrino una fuente con un agua estupenda. Merece la pena pararse unos instantes aquí.Ya pasadas las últimas casas nos adentramos otra vez en los bosques típicos de aquí con Helechos con tamaños más que considerables.
Poco a poco llegamos al desvío en El Pito hacia Cudillero. Decidimos acercarnos a ver este hermoso pueblo. Y el pueblo es realmente bonito.
Ver Cudillero tiene una buena y una mala noticia. La buena es que la bajada hasta el pueblo es bastante empinada y con la bici llega a ser muy divertida. La mala es que todo lo bien que te lo has pasado bajando lo vas a pasar de mal subiendo. Para salir de Cudillero hay que subir unos 3 kilómetros de continua pendiente sin reposo.
Poco a poco llegamos al desvío en El Pito hacia Cudillero. Decidimos acercarnos a ver este hermoso pueblo. Y el pueblo es realmente bonito.
Ver Cudillero tiene una buena y una mala noticia. La buena es que la bajada hasta el pueblo es bastante empinada y con la bici llega a ser muy divertida. La mala es que todo lo bien que te lo has pasado bajando lo vas a pasar de mal subiendo. Para salir de Cudillero hay que subir unos 3 kilómetros de continua pendiente sin reposo.Las vistas desde arriba te quitan el poco aliento que te ha dejado la subidita.
Pasado el puente por el que se llega a Soto de Luíña se pueden ver unas flechas de color anaranjado en el suelo. Parecen las mismas que las del camino pero no, no lo son.
Pasado el puente por el que se llega a Soto de Luíña se pueden ver unas flechas de color anaranjado en el suelo. Parecen las mismas que las del camino pero no, no lo son.Estas flechas pertenecen al grupo de montañeros de nosedonde y te mandan por otro camino que poco tiene que ver con el de Santiago. Esas no se deben seguir por nada del mundo.
Cuando llegamos en una cima a un hotel, preguntamos por dónde se sigue por el Camino de Santiago y nos dicen que nos tenemos que dar la vuelta y coger allí el camino o que si seguimos por esa carretera se puede pasar la sierra y llegar a Ballota. Y eso que es un atajo!!!!! En qué día fuímos a coger el atajo!!!!
Por esa maldita carretera nos tiramos más de 10 kilómetros de endemoniada subida para poder pasar la sierra. Que si lo llego a saber...... Encima no hay pueblos, no hay nada.
Con más pena que gloria llegamos a la cima y descendemos hacia Ballota.
Desde Ballota hasta Cadavedo no hay nada más que subidas y bajadas que nos dejan mucho más cansados de lo que ya estabamos.
Para más inri en Cadavedo no hay plazas, claro y encima el sitio es bastante cutre.
Mi rodilla comienza a doler y empiezo a tener cuidado.
Sea como sea tenemos que llegar al siguiente albergue que está a 17 kilometros!!!! Por suerte son más o menos planos y se hacen rápido.
Más rápido de lo que pensaba llegamos a Almuña donde hay un buen albergue con bastantes plazas.
No hemos comido y en la entrada del pueblo hay un supermercado. No tardamos en salir pitando hacia allí para comprar comida.
Para aprovechar que estamos allí, cerca de Luarca, nos duchamos y nos cogemos un autobús que nos deja en el pueblo.
Después de un ligero paseo y una cerveza en una terraza en el puerto la vida se ve de otra manera.
domingo, 2 de agosto de 2009
La Isla - Avilés
2-Agosto-2009
87 Km.
El día se ha levantado igual que ayer, con nubes amenazadoras y un ambiente bastante húmedo.
El día de ayer ha mermado mucho mi fuerza pero no me voy a amilanar. Hay que seguir hacia adelante.
Al principio voy por la nacional, que va pegada al camino y en un santiamén me presento en Colunga. Desde aqui el camino se desvía de la carretera nacional y después de subir y bajar algunas cuestas, se pueden tener unas típicas vistas del camino Norte.
El camino está muy bien indicado y se rueda bastante bien. Alguna bajadilla con piedras pero nada importante y sí precioso.
La lluvia está aguantando, incluso el cielo parece que va a abrirse y voy a poder ver el sol. Bien, así me dará fuerzas. Poco a poco y casi sin darme cuenta llevo a Villaviciosa.


87 Km.
El día se ha levantado igual que ayer, con nubes amenazadoras y un ambiente bastante húmedo.
El día de ayer ha mermado mucho mi fuerza pero no me voy a amilanar. Hay que seguir hacia adelante.
Al principio voy por la nacional, que va pegada al camino y en un santiamén me presento en Colunga. Desde aqui el camino se desvía de la carretera nacional y después de subir y bajar algunas cuestas, se pueden tener unas típicas vistas del camino Norte.
El camino está muy bien indicado y se rueda bastante bien. Alguna bajadilla con piedras pero nada importante y sí precioso.
La lluvia está aguantando, incluso el cielo parece que va a abrirse y voy a poder ver el sol. Bien, así me dará fuerzas. Poco a poco y casi sin darme cuenta llevo a Villaviciosa.De aqui hasta Gijón todo son pistas asfaltadas y carreterillas comarcales con lo que la llegada se hace muy fácil.
En Gijón la playa está a reventar y el paseo lleno de gente. Es una extraña sensación la que tienes cuando llegas a una gran ciudad después de pelearte con las piedras y las zarzas y después de vivir la paz de los bosques del camino. Sea como sea, el estar en una ciudad agobia y lo único que quieres hacer es salir cuanto antes de allí.

Desde aquí hasta Avilés no hay mucho que decir. La mayor parte del camino se hace por carretera o por calles asfaltadas.
No se tarda mucho en llegar a Avilés. La entrada a esta bella ciudad se hace por una zona industrial bastante fea. Por suerte una vez dentro de la ciudad se puede ver lo maravillosa que es.

Después de una buena comida y una ducha todavía mejor, queda tiempo para relajarse un poco, escribir y descansar para la etapa de mañana.
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)







