68 km.
Esta ha sido una etapa con pinta muy dura pero que se hace muy bien y donde te inundan los paisajes gallegos con su belleza.
En la salida de la ciudad hay que andar con ojo porque las flechas se pierden en poco tiempo, yo de hecho, no las ví.
No me apetece nada pero hay que ir por la nacional. Al seguir por la carretera todo es bastante aburrido, hasta que vemos que pasa un camino por debajo de la carretera por el cual van caminando un par de peregrinos. Dios!!!! En fin, hay que encontrar ese caminillo como sea. Al otro lado de la carretera hay un pueblecito, típico gallego. Pues el camino pasa por allí asi que, las flechas no deben andar lejos.
Pues si, en el pueblo no hay restos de las flechas. Dos señoras gallegas nos dicen que siguiendo por la nacional se llega a un punto donde se pueden ver las indicaciones del camino de Santiago.
Para allá que vamos y si, efectivamente, las flechas están allí.
Por el camino, ahora si, no tardamos en llegar a Baamonde. Allí sólo tengo dos opciones: o me tomo un café caliente o me quedo frito en la bici.
Menos mal que los paisajes y el entorno nos acompañan.
Dejando mi huella al estilo peregrino. Montañita de piedras para indicar el camino.
Según los perfiles parece que la llegada a Sobrado viene precedida de fuertes pendientes pero nada más lejos de la verdad. Se rueda bastante bien. Hay subidas, si, pero no son muy fuertes ni difíciles. Este tramo no tiene complicación.En un pueblo por el que pasamos se escucha una bonita música gallega. La música sale de una casa de un escultor muy bohemio que nos invita a pasar a su casa: un caserón con el interior lleno de esculturas que ha hecho el individuo este. Muy amable nos cuenta su vida y nos enseña alguna de sus obras.
Después de esta paradita para visitar al escultor, seguimos rodando.El camino en esta zona es bastante entretenido. Poco a poco se van pasando las pequeñas aldeas mientras el camino serpentea entre ellas.
El tiempo también acompaña porque, salvo algún chubasquillo que otro, el día ha sido genial.
Por el camino había mucho barro y muchos charcos y para cuando hemos querido llegar al monasterio estábamos embarrados.

Patio del Monasterio. Muy bonito.

Caos en el Claustro de los Peregrinos.
Muy chulo el monasterio. Aunque el sitio para dormir no es muy allá, elo sólo hecho de tener la oportunidad de dormir en un monasterio, se debería de pernoctar aquí.
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